La obra en las grandes ciudades norteamericanas
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Métodos razonables y acertados para Washington
—En la ca-
pital de la nación hay que llevar a cabo una poderosa campaña de
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evangelización... Me alegro porque Ud. ha emprendido esta obra
evangélica en Washington, y porque ya ha surgido un interés tan
profundo. Los relatos acerca de la obra allí corresponden casi exac-
tamente con las anticipaciones que me fueron dadas acerca de lo
que eso sería. Estoy segura de lo que digo, porque este asunto me ha
sido presentado; y esta obra no debe ser debilitada llamando a los
obreros que son necesarios allí para que trabajen en otros lugares...
En Washington hay que llevar a cabo obra evangélica, y ésta
no debe ser interrumpida por llamamiento de los obreros a otros
lugares. Dios quiere que esta obra para el público se lleve a cabo
con decisión.
Pastor—Ud. está donde el Señor desea que esté, y por lo tanto
no debería recargarse con cargas excesivas. Washington ya ha sido
descuidada durante mucho tiempo. Ahora hay que efectuar allí una
obra decidida. El Señor proporcionará fortaleza y gracia. Los obreros
no deben permitirse ser apartados del trabajo por las muchas cosas
que seguramente exigirán su atención. Esta es la razón por la cual
he estado ansiosa porque cada talento de los obreros que trabajan en
Washington se emplee en una forma que promueva la obra de Dios.
El Hno.—ha mencionado a varias personas que él cree que po-
drían ser de ayuda para la obra en Washington. Pero tened cuidado
con las personas que empleáis en la obra allí. Todas las cosas deben
mantenerse a la altura de las normas de la Biblia...
En nuestra obra, no es necesario que subamos a la cumbre de
un cerro si queremos brillar. No se nos ha dicho que es necesario
que hagamos un despliegue especial y maravilloso. La verdad debe
ser proclamada por los caminos y los vallados, y debe ser hecha
de tal manera que se puedan aplicar métodos sensatos y racionales.
La vida de cada obrero que sea enseñado por el Señor Jesucristo
manifestará la excelencia de la vida de él. La obra que Cristo efec-
tuó en nuestro mundo debe constituir nuestro ejemplo en lo que a
ostentación se refiere. Debemos mantenernos tan alejados de lo que
tenga ribetes teatrales y de lo que tienda a lo extraordinario como
Cristo se mantuvo alejado de estas actitudes en su obra. Lo que
llama la atención y excita no es religión, aunque la religión ejercerá