Página 33 - El Evangelismo (1994)

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Las masas de la población metropolitana
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y otras han muerto en la fe. Sin embargo, hay muchas otras que
escucharían y aceptarían el mensaje de salvación si se les ofreciera
la oportunidad de hacerlo... Estos, que constituyen nuestros últimos
esfuerzos en favor de la obra de Dios aquí en la tierra, deben llevar
con toda claridad el sello de lo divino.—
Manuscrito 7, 1908
.
Exhortación a realizar la obra con premura
Queda poco tiempo
—Se me ha pedido que presente a nuestro
pueblo el mensaje que sigue: Trabajad sin tardanza en las ciudades,
porque queda poco tiempo. El Señor ha insistido, durante los últimos
veinte años, en que realicemos esta obra. En unos pocos lugares se
ha efectuado un trabajo reducido, pero debe realizarse mucho más
aún.—
Carta 168, 1909
.
¿Dónde está vuestra fe?
—Cuando pienso en las muchas ciu-
dades que todavía no han sido amonestadas, no puedo descansar.
Es aflictivo pensar que éstas han sido descuidadas por tanto tiem-
po. Durante muchos, muchos años, las ciudades de Norteamérica,
incluyendo las ciudades del sur, han sido colocadas delante de nues-
tros hermanos, como lugares que necesitan atención especial. Unos
pocos han llevado la carga de trabajar en estas ciudades; pero, en
comparación con las grandes necesidades y las muchas oportunida-
des, muy poco se ha hecho. ¿Dónde está vuestra fe, mis hermanos?
¿Dónde están los obreros?...
¿No haremos planes para enviar mensajeros a todos esos campos,
y para sostenerlos liberalmente? ¿No irán los ministros de Dios a
esos centros densamente poblados, y allí elevarán sus voces para
amonestar a las multitudes? En un tiempo como éste, han de em-
plearse todos los medios.—
The Review and Herald, 25 de noviembre
de 1909
.
Las masas están desprevenidas
—En Nueva Yor
, y en mu-
chas otras ciudades, las masas están desprevenidas... Debemos em-
prender esta obra [de amonestarlas] con todo entusiasmo y no des-
cansar hasta terminarla. Debemos predicar la verdad bíblica y dejar
de lado nuestras peculiaridades y nuestras propias ideas. Hay que
enviar a hombres consagrados y talentosos a esas ciudades para que
establezcan la obra.—
Manuscrito 25, 1910
.
Véase
también las, 282-298
: “La obra en las grandes ciudades norteamericanas”.