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El Evangelismo
mensajes de amonestación de los labios de los ministros de Dios en
la carpa, y han sido convencidos de pecado, pronto serán inducidos a
inquirir acerca de lo que han oído. Este es el tiempo cuando debemos
presentar las razones de nuestra fe con mansedumbre y temor, no
un temor esclavizante, sino un temor cauteloso a fin de no hablar
imprudentemente. Presentad la verdad tal como se encuentra en
Jesús, con toda mansedumbre y humildad, es decir con sencillez y
sinceridad, dando el alimento a su debido tiempo, y a cada persona
su porción de comida.—
Carta 18, 1898
.
El trabajo de casa en casa hace eficaz la predicación
—Por la
experiencia de los obreros en—-, vemos que los esfuerzos realizados
después de las reuniones campestres tienen mucho más importan-
cia que la obra hecha antes. Durante años se me ha mostrado que
el trabajo de casa en casa es el que hará que la predicación de la
Palabra tenga éxito. Si los interesados no son visitados por nues-
tros obreros, otros ministros van en pos de ellos y los confunden
citando falsamente y distorsionando las Escrituras. Esta gente no
está familiarizada con la Palabra; piensan que sus ministros deben
ser hombres veraces y sin prejuicios, y abandonan sus convicciones.
Pero si nuestros obreros pudiesen visitar a esos simpatizantes para
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explicarles más plenamente la Palabra de verdad, para revelarles la
verdad en contraste con el error, éstos se afirmarían.
Si esta obra se hubiese hecho con fervor y con vigilancia si los
obreros hubiesen velado perseverantemente por sus almas como
quienes han de rendir cuenta, muchas más gavillas habrían sido el
fruto de la semilla sembrada en nuestras reuniones campestres.
Esta obra también se ha llevado a cabo en—-. Ahora hay no
menos de cincuenta nuevos observadores del sábado como resultado
de este trabajo personal, esta búsqueda de las almas. A menos que
los obreros designados por Dios lleven a cabo la búsqueda más
dedicada de las ovejas perdidas, Satanás tendrá buen éxito en su
obra destructiva y se perderán almas que habrían podido encontrarse
y restaurarse.—
Carta 18, 1898
.
Algunos no se alcanzan mediante el esfuerzo público
—En
las ciudades grandes hay ciertas clases que no pueden ser alcanzadas
por las reuniones públicas. Hay que buscarlas como el pastor busca
a su oveja perdida. Deben hacerse diligentes esfuerzos personales
en favor de ellas.—
Obreros Evangélicos, 377 (1915)
.