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El Evangelismo
dirigentes los han visitado para enterarse de las necesidades de la
obra?—
The General Conference Bulletin, 7 de abril de 1903
.
Dificultades y temores que causan descuido
—El tiempo pasa
rápidamente a la eternidad, y estas ciudades hasta este momento han
sido escasamente tocadas. Existe un poder que el Espíritu de Dios
puede impartir a la verdad. Cuando la luz surja en la mente, se po-
sesionará del corazón una convicción que será demasiado poderosa
para ser resistida...
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Mi deber es decir que Dios está pidiendo con fervor que se reali-
ce una gran obra en las ciudades. Han de abrirse nuevos campos.
Hombres que conocen el mensaje y que deben sentir las respon-
sabilidades de la obra, han manifestado tan poca fe que, debido a
las dificultades o temores, se ha manifestado descuido por mucho
tiempo.—
Carta 150, 1909
.
Una comisión que estudie las necesidades especiales
—Siete
hombres debieran haber sido elegidos para que se unieran con el
presidente y pusieran en marcha la obra en las grandes ciudades en
favor de los que perecen sin la verdad, mientras ningún esfuerzo
determinado se realiza para salvarlos. Estos siete deben ser hombres
que tengan una amplia comprensión, hombres que sean humildes
y modestos de corazón. Nunca debieran las ciudades haber sido
descuidadas como lo son; pues ha llegado de la manera más decidida
mensaje tras mensaje instando a una labor fervorosa.
No menos de siete hombres deben ser elegidos para llevar las
grandes responsabilidades de la obra de Dios en las ciudades popu-
losas. Y estos hombres deben humillarse a sí mismos diariamente y
buscar al Señor en forma fervorosa para obtener sabiduría santifi-
cada. Deben relacionarse con Dios como hombres deseosos de ser
enseñados. Deben ser hombres de oración, que se den cuenta del
peligro en que están sus propias almas. ¿Cuál debe ser la tarea de
estos siete hombres? Deben investigar las necesidades de las ciuda-
des y empeñar esfuerzos fervorosos y decididos para hacer avanzar
la obra.—
Carta 58, 1910
.
Veamos las necesidades como Dios las ve
—El Señor desea
que proclamemos el mensaje del tercer ángel con poder en estas
ciudades... Mientras trabajemos con toda la fuerza que el Señor
nos concede, y con humildad de corazón, colocando nuestra entera
confianza en él, nuestras labores no serán infructíferas. Nuestros re-