Obra personal
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os sentís repelidos al tratar de ayudar a las almas, no hagáis caso.
Si parece resultar poco bien de vuestra obra, no os desalentéis. Se-
guid trabajando; sed discretos; sabed cuándo hablar, y cuándo callar;
velad por las almas como quienes han de dar cuenta; y vigilad las
trampas de Satanás, para que no seáis apartados del deber. No permi-
táis que las dificultades os descorazonen o intimiden. Con fuerte fe,
con propósito intrépido, arrostrad y venced estas dificultades. Sem-
brad la semilla con fe y con mano generosa.—
Obreros Evangélicos,
197 (1915)
.
Enseñad; dad estudios bíblicos
—A Ud. le agrada predicar, y
debería tener oportunidad de predicar dondequiera que vaya. Puede
hacer una buena obra en este sentido, pero esto no constituye toda
la obra indispensable que debe realizarse: la gente necesita ser
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enseñada y ser educada. Muchos de los sermones dados, si se los
cortara por la mitad, serían mucho más beneficiosos para los oyentes.
Tome tiempo para enseñar y para dar estudios bíblicos. Haga
que los puntos y los textos se fijen en la mente de los oyentes.
Permita que éstos hagan preguntas y contéstelas de la manera más
sencilla posible, de modo que la mente pueda abarcar las verdades
presentadas...
Enseñe como Cristo enseñó, estudie su ejemplo y sus métodos
de enseñanza. El predicó pocos sermones, pero dondequiera que iba
la gente se reunía a su alrededor para escuchar sus instrucciones.
Los ministros deberían ser enseñados a trabajar más de acuerdo con
el método divino. Ud. todavía no ha aprendido la tarea de educar.
La gente puede escuchar un sermón tras otro, pero puede retener
sólo muy pocos puntos del discurso, y éstos pierden su fuerza de
acción sobre la mente; esto se debe a que hay otras cosas que ahogan
la semilla de la verdad. Por eso el método del Señor es el mejor:
grabar en las mentes, punto por punto, las verdades que la gente
debe conocer en beneficio de sus intereses eternos. Hay que preparar
el terreno del corazón y plantar la semilla de tal manera que ésta
brote y lleve fruto.—
Carta 29, 1890
.
Aprendamos el arte de la obra personal
Todos los que pueden, deben hacer obra bíblica
—Todos los
que pueden, deben hacer trabajo personal. Al ir ellos de casa en casa,