Página 367 - El Evangelismo (1994)

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Obra personal
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Educad a los jóvenes para que ayuden a los jóvenes; y al tratar de
hacer esta obra, todos obtendrán una experiencia que los calificará
para llegar a ser obreros consagrados en una esfera más amplia.
Millares de corazones pueden ser alcanzados de la manera más
sencilla. Los más intelectuales, aquellos que son buscados y alabados
como los hombres y mujeres más grandes y dotados del mundo, son
a menudo refrigerados por las palabras más humildes y sencillas
habladas por alguien que ama a Dios, que puede hablar de ese amor
tan naturalmente como los mundanos hablan de las cosas que sus
mentes contemplan y de las cuales se alimentan. Las palabras, aun
cuando sean bien preparadas y estudiadas, tienen poca influencia;
pero la obra verdadera y honesta de un hijo o una hija de Dios, en
palabras o en un servicio de cosas pequeñas, hecha con una sencillez
natural, abrirá la puerta a muchas almas, que por largo tiempo ha
estado cerrada.—
The Review and Herald, 9 de mayo de 1899
.
Cómo acercarse: persuasiva y bondadosamente
—Acercaos
a la gente de una manera persuasiva y bondadosa, llenos de gozo
y amor por Cristo... Ninguna lengua humana puede expresar lo
precioso que es el ministerio de la Palabra y del Espíritu Santo.
Ninguna expresión humana puede describir, para la mente finita,
el valor de comprender, y por medio de una fe viviente, recibir la
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bendición que se nos da cuando Jesús de Nazaret pasa a nuestro
lado.—
Carta 60, 1903
.
La importancia de dar la mano
—Mucho depende de la mane-
ra en que saludáis a aquellos a quienes visitáis. Podéis estrechar la
mano de la persona a quien saludáis de tal manera que ganéis su
confianza en seguida, o de una manera tan fría que piense que no
tenéis ningún interés en ella.—
Gospel Workers, 189 (1915)
.
Jóvenes para la obra bíblica en las ciudades
—Debe instruirse
a jóvenes para que trabajen en estas ciudades. Puede ser que nunca
lleguen a ser capaces de presentar la verdad desde el púlpito, pero
ellos podrían ir de casa en casa, y señalar a la gente el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. El polvo y la basura del error
han enterrado las preciosas joyas de la verdad; pero los obreros del
Señor pueden descubrir estos tesoros, de manera que muchos los
miren con deleite y asombro. Hay una gran variedad de trabajo,
adaptado a diferentes mentes y a capacidades variadas.—
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