Página 369 - El Evangelismo (1994)

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Obra personal
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ley, y los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret”. Notad cuán
rápidamente se levanta el prejuicio. Natanael dice: “¿De Nazaret
puede haber algo de bueno?” Felipe sabía del fuerte prejuicio que
existía en la mente de muchas personas contra Nazaret, y no trató de
argüir con él, por temor de suscitar un espíritu combativo, sino que
sencillamente le dijo: “Ven y ve”.
He aquí una lección para todos nuestros ministros, colportores
y obreros misioneros. Cuando os encontráis con personas que, co-
mo Natanael, tienen prejuicios contra la verdad, no presentéis con
insistencia y con mucha fuerza vuestros puntos de vista peculiares.
Hablad con ellos al principio de temas acerca de los cuales tenéis
unanimidad. Arrodillaos con ellos en oración, y con fe humilde pre-
sentad vuestras peticiones al trono de la gracia. Tanto vosotros como
ellos alcanzaréis una relación aún más estrecha con el cielo, el pre-
juicio se debilitará y será más fácil alcanzar el corazón.—
Historical
Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 149
(1886)
.
La obra en favor de los ancianos
La espera de la verdad
—Es admirable ver cuánta gente de
edad encuentran los obreros que necesita poquísimo trabajo para
conducirla a la aceptación de la verdad, incluyendo la observancia
del sábado y todo lo demás. ¡Pero si hemos estado orando por esto!
Dicen ellos. Sabíamos que las Escrituras tienen mucho que decir
acerca de temas que los clérigos no nos explicaron ni pudieron
explicarlo cuando se lo preguntamos. Esas personas se regocijan en
la luz y la verdad. Parecen disfrutar de un gozo pleno.—
Carta 18,
1898
.
La vida comienza con la conversión
—Acabo de leer el siguien-
te incidente:
“Una vez me trajeron a un anciano de unos setenta u ochenta
años de edad, que era un monumento a la misericordia de Dios. Le
pregunté qué edad tenía. Me miró durante un momento, y luego
me dijo con voz emocionada mientras las lágrimas corrían por sus
mejillas: Tengo dos años de edad’. Cuando le manifesté mi sorpresa,
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me explicó: ‘Hasta hace poco, dos años atrás, había vivido la vida de