Página 407 - El Evangelismo (1994)

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El instructor bíblico
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hacerse y debiera estimularse. En muchos sentidos una mujer puede
impartir a sus hermanos un conocimiento que los hombres no pueden
darles. La causa sufriría una gran pérdida sin esa clase de trabajo
realizada por las mujeres. Una vez tras otra el Señor me ha mostrado
que las maestras son tan necesarias como los hombres para la obra
que Dios les ha designado.—
Manuscrito 142, 1903
.
Palabras de prevención para el instructor bíblico
La obra personal es más cansadora
—Se necesitan mujeres
así como hombres en la obra que debe hacerse. Las mujeres que
se consagran al servicio del Señor, que trabajan por la salvación
de otros en la labor de casa en casa, la cual es tan cansadora como
presentarse ante una congregación o más aún, deben recibir pago
por sus labores.—
Manuscrito 149, 1899
.
Evitad trabajar en exceso
—Hay peligro de que a las mujeres
relacionadas con la obra se les exija trabajar demasiado duramente
sin los períodos adecuados de descanso. No debe imponérseles a
los obreros una exigencia tan severa. Algunos no se perjudicarán,
pero otros, que son concienzudos, trabajarán en exceso. Todos, espe-
cialmente las mujeres, necesitan períodos de descanso.—
Carta 61,
1896
.
Somos mortales
—Hermano----, espero que sea Ud. muy cui-
dadoso con respecto a la salud de la hermana----. No le permita
trabajar demasiado en una actividad que agota los nervios. Ud. com-
prenderá lo que quiero decir. Ella necesita comprender que somos
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mortales, y que si no somos cuidadosos con nuestra salud, podemos
perderla.—
Carta 44, 1900
.
Cuándo obrar independientemente
—Hay circunstancias bajo
las cuales es propio que una mujer actúe en forma rápida e indepen-
diente, tomando ciertas providencias en forma decidida de acuerdo
con lo que ella sabe es el camino del Señor. La esposa ha de estar al
lado del esposo como su igual, compartiendo todas las responsabili-
dades de la vida, prestándole el debido respeto a aquel que la eligió
como su compañera de toda la vida.—
Manuscrito 17, 1891
.
Evitad alabar a los hombres y rehuid la familiaridad
—Me
apena cuando veo a hombres que son alabados, halagados y mima-
dos. Dios ha revelado el hecho de que algunos que reciben estas