Página 435 - El Evangelismo (1994)

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La evangelización y la obra médica
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Educad, educad, educad
—Debemos educar, educar, educar,
en forma agradable e inteligente. Debemos predicar la verdad, orar
acerca de la verdad y vivir la verdad, colocándola, con sus influencias
saludables y llenas de gracia, al alcance de los que no la conocen.
Cuando los enfermos son colocados bajo el toque del Dador de la
vida, sus facultades de la mente y del cuerpo son renovadas. Pero, a
fin de que esto pueda acontecer, deben ellos practicar la abnegación,
y ser temperantes en todas las cosas. Solamente así pueden salvarse
de la muerte física y espiritual, y ser restaurados a la salud.
Cuando la maquinaria humana se mueve de acuerdo con las
disposiciones vivificantes de Dios, según las presenta el Evangelio,
la enfermedad es vencida, y la salud resurge rápidamente. Cuando los
seres humanos trabajan en unión con el Dador de la vida, que ofreció
su vida por ellos, pensamientos felices llenan la mente. El cuerpo, la
mente y el alma son santificados. Los seres humanos aprenden del
gran Maestro, y todo aquello que contemplan ennoblece y enriquece
los pensamientos. Los afectos son atraídos con alegría y gratitud
hacia el Creador. La vida del hombre que es renovado a la imagen
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de Cristo es como una luz que brilla en las tinieblas.—
Medical
Ministry, 262, 263 (1905)
.
Visión amplia de la obra
—Hay que ejercer habilidad en el trato
con los que son particularmente débiles. Si pretendemos enseñar a
otros, primero nosotros mismos debemos aprender de Cristo. Nece-
sitamos tener una visión amplia a fin de realizar una obra médica
misionera genuina...
Debemos ejercer tacto al tratar con los que carecen de conoci-
miento y los que están extraviados. Mediante un esfuerzo perseve-
rante realizado en su favor podemos ayudarles a ser útiles en la obra
del Señor. Responderán prontamente a un interés paciente, tierno y
amante.
Debemos colaborar con el Señor Jesús en la restauración de los
ineficientes y de los que yerran en relación con el conocimiento y
con la pureza. Esta obra tiene la misma importancia que la obra del
ministerio evangélico.—
Medical Ministry, 208, 209 (1905)
.