Comunidades menores y zonas rurales
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El último llamamiento debe destacarse tanto en nuevos lugares de
este país [Estados Unidos de Norteamérica] como en los países dis-
tantes. Se presentó esta instrucción sobre algunas localidades que no
han recibido el mensaje. La simiente de la verdad debe sembrarse
en los centros no cultivados... Ello cultivará un espíritu misionero
para trabajar en nuevas localidades. El egoísmo que se manifiesta
al mantener grandes congregaciones, no es el plan del Señor. En-
trad en todo nuevo lugar posible, y comenzad la obra de educar en
vecindarios que no han oído la verdad.
¿Por qué trabajó nuestro Salvador para sembrar la simiente en
lugares alejados? ¿Por qué viajó lentamente fuera de los pueblos que
habían sido sus lugares [habituales de residencia] para comunicar la
luz, abriendo las Escrituras? Había un mundo que debía escuchar la
verdad, y ésta sería aceptada por algunas almas que hasta entonces no
la habían escuchado. Cristo viajó lentamente y abrió las Escrituras
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en su sencillez a las mentes que querían recibir la verdad.—
Carta
318, 1908
.
Esfuerzos simultáneos en las ciudades menores
—Durante el
tiempo en que se pueden realizar congresos en esta asociación,
deben estar realizándose dos o tres reuniones al mismo tiempo en
diferentes lugares. Hay un tiempo cuando estas reuniones no pueden
celebrarse; pero durante los meses en que podemos usar las carpas
con ventaja no debemos limitar nuestros esfuerzos a las grandes
ciudades. Debemos dar el mensaje amonestador a la gente en todos
los lugares.—
Manuscrito 104, 1902
.
Obreros en zonas rurale
Entren los principiantes en lugares no trabajados
—Nos es-
tamos acercando al fin de la historia de esta tierra. Tenemos ante
nosotros una gran tarea: la obra final de dar el último mensaje de
amonestación a un mundo pecador. Hay hombres que serán tomados
Aunque se da pleno reconocimiento a la ayuda indispensable de los miembros laicos
en todas las actividades evangélicas (véanse
las, 85-89
) es claro que los habitantes de las
áreas rurales escucharán el mensaje amonestador únicamente cuando obreros regulares
y miembros laicos se unan en la proclamación del Evangelio. Así, en este volumen,
dedicado exclusivamente a aconsejar a los obreros evangélicos, al presentar el cuadro del
evangelismo en las áreas rurales, aparecen declaraciones con llamamientos a los miembros
laicos para que trabajen en las áreas menos densamente pobladas.—Los Compiladores.