Página 452 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
un grupo de personas a llevar a cabo una clase de trabajo que no
fortalecerá en lo mínimo todas las partes de la obra por medio de
una acción armoniosa.
La invitación evangélica debe darse a los ricos y a los pobres, a
los encumbrados y a los humildes, y por lo tanto debemos proyectar
los medios necesarios para llevar la verdad a nuevos lugares y a todas
las clases de gente. El Señor nos dice: “Ve por los caminos y por
los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”.
Lucas
14:23
. Dice: “Comenzad en los caminos; trabajad cabalmente los
caminos; preparad un grupo que se una a vosotros para llevar a cabo
la misma obra que Cristo hizo al buscar y salvar a los perdidos”.
Cristo predicó el Evangelio a los pobres, pero no limitó su tra-
bajo únicamente a esta clase. Trabajó por todos los que quisieron
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oír su palabra, y no sólo por los publicanos y los desamparados,
sino también por los fariseos ricos y educados, el noble judío, el
centurión y el dirigente romano. Esta es la clase de obra que siempre
he considerado que debiera realizarse. No debemos poner en ten-
sión cada músculo y nervio espirituales para trabajar por las clases
inferiores y convertir esa obra en el centro de todo. Hay otros a
quienes también debemos conducir al Maestro, almas que necesitan
la verdad, que llevan responsabilidades y que trabajarán con toda su
habilidad santificada en favor de los lugares elevados tanto como de
los lugares humildes.
La obra en beneficio de las clases pobres no tiene límites. Nunca
podrá completarse y debe tratarse como una parte del gran todo. Dar
nuestra primera atención a esta obra mientras hay grandes porciones
de la viña del Señor que necesitan cultivo porque todavía no se las
ha tocado, sería comenzar en el lugar equivocado. La obra médica
misionera es para el mensaje del tercer ángel lo que el brazo derecho
es para el cuerpo. Pero el brazo derecho no debe convertirse en todo
el cuerpo. La obra de buscar a los desamparados es importante, pero
no debe convertirse en la gran carga de nuestra misión.—
Medical
Ministry, 311, 312 (1899)
.
Una obra proporcionada
—La obra médica misionera no debe
llegar a ser desproporcionada. Debe ser una obra que esté en armonía
con el resto de la obra.—
Carta 38, 1899
.
La salud de los obreros
—Los que ponen toda su alma en la
obra médica misionera, que trabajan incansablemente, en peligros, en