Página 462 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
podemos andar con seguridad, mientras reverenciamos a Dios y
confiamos en él. En los elevados pináculos, donde se oye la alabanza,
donde se ensalzan nuestra sabiduría y grandeza, necesitamos un
poder especial y un brazo especial que nos sostenga.
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Esta es la realidad a la luz de la cual debiéramos considerar a los
que no pertenecen a nuestra fe. Los hombres que son exaltados y
alabados necesitan mayor ayuda en la sencillez de Cristo que la que
reciben. Necesitan más oraciones fervorosas y perseverantes a fin de
ser salvados de la destrucción.—
Carta 72, 1899
.
Los pastores de otras denominaciones
Acercaos a los pastores de otros credos
—Nuestros ministros
deben procurar acercarse a los ministros de otras denominaciones.
Oren por estos hombres y con ellos, pues Cristo intersede por ellos.
Tienen una solemne responsabilidad. Como mensajeros de Cristo,
debemos manifestar profundo y ferviente interés en estos pastores
del rebaño.—
Joyas de los Testimonios 2:386 (1900)
.
La importancia de trabajar por otros pastores
—Debe dedi-
carse el más sabio y el más firme trabajo en favor de los pastores
que no son de nuestra fe. Hay muchas personas que lo único que
saben es ser mal dirigidas por los pastores de otras iglesias. Mientras
tengan su vida escondida con Cristo en Dios, oren y trabajen obreros
fervorosos, fieles y temerosos de Dios, por los pastores honestos que
han sido enseñados a interpretar falsamente la Palabra de vida.
Nuestros pastores han de hacer suya la obra especial de trabajar
por los ministros. No han de entrar en polémica con ellos, sino que,
con su Biblia en la mano, han de instarlos a estudiar la Palabra. Si
esto se hace, hay muchos pastores que ahora predican el error, que
predicarán la verdad para este tiempo.—
Carta 72, 1899
.
¿Por qué habrían de ser descuidados?
—Mucho han perdido
nuestros hermanos al seguir planes tan estrechos, que no alcanzan a
las clases más inteligentes y mejor educadas. Demasiado a menudo
la obra ha sido dirigida de tal manera que ha dado la idea, a los no
creyentes, de que es de poca consecuencia: algún vástago descarria-
do del entusiasmo religioso, enteramente indigno de ser tomado en
cuenta. Mucho se ha perdido por falta de métodos sabios de trabajo.