Página 466 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
La obra en favor de la humanidad caída
La humanidad caída es nuestro campo
—Los indolentes, los
adictos al tabaco y los bebedores de licor abundan. Pero la verdad
debe llegar hasta ellos. Ha obrado maravillas aquí mismo [en Aus-
tralia], y seguirá haciendo grandes cosas. Nuestra fe en el Señor
Jesucristo y en la verdad presente no debe quedar únicamente con
los que reciben a Cristo. Cristo murió para salvar al mundo, por
lo tanto debemos trabajar con más celo para llevar a cabo nuestra
parte. Debemos considerar como nuestro campo a la humanidad
caída. Dios se preocupa de ella... Ni una sola alma debe quedar en
tinieblas.—
Carta 76, 1899
.
Algunos ricos envilecidos se salvarán
—Nuestras grandes ciu-
dades están alcanzando rápidamente la condición representada por
el estado en que se encontraba el mundo antes del diluvio cuando
“vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra,
y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era
de continuo solamente el mal”.
Génesis 6:5
. Hay gente que vive en
mansiones lujosas que está practicando pecados que deshonran a
Dios; pero algunas de esas mismas personas, por influencia de la
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predicación del último mensaje probatorio se convencerán de sus
pecados y se convertirán.
Dios puede enriquecer a los que acuden a él mediante la provi-
sión inagotable de su gracia. Al contemplar a la humanidad caída
y envilecida, declara que el Espíritu Santo será derramado sobre
toda carne. Muchos que nunca han oído hablar de las verdades espe-
ciales para este tiempo sentirán la persuasión del Espíritu mientras
escuchen el mensaje de importancia sobrecogedora...
Dios levantará obreros que se ubicarán en esferas de influencia
peculiares, obreros que llevarán la verdad hasta los lugares menos
prometedores. Los hombres dirán: “Sí” aun cuando antes habían
dicho “No”. Algunos que una vez eran enemigos se convertirán en
colaboradores valiosos, y promoverán la obra con sus recursos y su
influencia.—
The Review and Herald, 30 de septiembre de 1902
.
Trabajad por los caídos
—En la tarea de presentar la verdad,
ninguna cosa servirá mejor para dar carácter a la obra que la ayuda
que se preste a la gente en el lugar donde ésta se encuentra, tal
como lo hizo el samaritano. La obra debidamente conducida para