Página 473 - El Evangelismo (1994)

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La obra en favor de ciertas clases especiales
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espíritu que poseen nuestros enemigos. Todos los ataques incisivos
volverán contra nosotros con doble fuerza cuando el poder esté en
las manos de los que puedan ejercerlo para nuestro perjuicio. Me fue
presentado repetidamente el mensaje de que no hemos de decir ni
una sola palabra, no hemos de publicar una sola frase, especialmente
referente a personalidades, que incite a nuestros enemigos contra
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nosotros y despierte sus pasiones hasta el grado máximo, a menos
que sea positivamente esencial para vindicar la verdad...
Es cierto que se nos ordena: “Clama a voz en cuello, no te
detengas; alza tu voz como trompeta y anuncia a mi pueblo su
rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”.
Isaías 58:1
. Este mensaje
debe ser dado, pero aunque debemos darlo, hemos de ser cuidadosos
de no embestir, abrumar y condenar a aquellos que no tienen la luz
que nosotros tenemos. No debemos salirnos de nuestro camino para
hacer ataques duros a los católicos. Entre los católicos hay muchos
que son cristianos muy concienzudos, y que andan en toda la luz
que brilla sobre ellos, y Dios obrará en su favor. Los que han tenido
grandes privilegios y oportunidades, y que han dejado de aprovechar
sus oportunidades físicas, mentales y morales, pero que han vivido
para agradarse a sí mismos y han rehusado llevar su responsabilidad,
se encuentran en mayor peligro y en mayor condenación ante Dios
que aquellos que están en error respecto de puntos doctrinales, y sin
embargo, tratan de vivir para beneficiar a los demás. No censuréis a
los demás; no los condenéis.—
Testimonies for the Church 9:241-244
(1909)
.
Cerrarles la puerta en la cara
—Predicad la verdad, pero rete-
ned las palabras que muestren un espíritu áspero; pues tales palabras
no pueden ayudar o iluminar a nadie.
El Eco
es un periódico que
debiera tener amplia circulación. No hagáis nada que perjudique su
venta. No hay razón por la cual no sea una luz que brille en lugar
oscuro. Pero por causa de Cristo, prestad oído a las admoniciones
que se han dado con respecto a hacer observaciones perjudiciales
acerca de los católicos. Muchos católicos leen
El Eco,
y entre ellos
hay almas honradas que aceptarán la verdad. Pero podemos cerrar-
les la puerta en la cara cuando están por entrar. Poned en
El Eco
más testimonios gozosos de gratitud. No obstaculicéis su camino ni
impidáis que vaya a todas partes del mundo, convirtiéndolo en un
medio para difundir expresiones duras. Satanás se regocija cuando