Página 478 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
para que comprenda las Escrituras. Empréndase la obra con la misma
sencillez de la propia verdad. Condúzcanse las mentes de los jóvenes
de una verdad a otra, cada vez más arriba, mostrándoles cómo un
versículo interpreta otro versículo, un pasaje es la clave para otros
pasajes. Así la Escritura misma será el poder educador, y pondrá los
pensamientos en cautividad a Cristo.—
Carta 27a, 1892
.
Reuniones para niños en los esfuerzos evangélicos
—El tercer
ángel está volando por en medio del cielo y tiene sobre su bandera
la inscripción: “Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. En
todo lugar donde se instale una carpa, deben realizarse esfuerzos
fervientes desde el principio para predicar el Evangelio a los pobres
y para sanar a los enfermos. La obra de dar la vista espiritual a los
ciegos ha añadido, de entre las personas que han de salvarse, muchas
almas al número de los hijos de Dios.
Deben realizarse reuniones para los niños, no meramente para
educarlos y entretenerlos, sino para que puedan ser convertidos. Y
esto ocurrirá. Si ejercemos fe en Dios seremos habilitados para
señalarles al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Todos
los que asisten a nuestras grandes asambleas han de ser motivo de
nuestro trabajo. Los encumbrados y los humildes, los ricos y los
pobres, han de ser alcanzados por esta clase de trabajo.—
Manuscrito
6, 1900
.
El amor gana a los niños para Cristo
—Por vuestra manera de
tratar con los pequeños, podréis, por la gracia de Cristo, modelar sus
caracteres para la vida eterna, o por una conducta errónea podéis
darles la impresión de un carácter satánico. Nunca actuéis a base de
impulsos en el manejo de los niños. Unanse la autoridad y el afecto.
Albergad y cultivad todo lo que sea bueno y noble, e inducidlos a
desear los mejores bienes, revelándoles a Cristo. Aunque les neguéis
las cosas que han de serles perjudiciales, haced que vean que los
amáis, y que queréis hacerlos felices. Cuanto más díscolos sean,
tanto más trabajo debéis tomaros para revelar vuestro amor por
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ellos. Cuando el niño tiene confianza en que queréis hacerlo feliz,
el amor quebrantará toda barrera. Este es el principio que gobierna
el trato del Salvador con los hombres; es el principio que debe ser
introducido en la iglesia.—
Carta 23a, 1893
.
Un esfuerzo bien planeado para los niños
—El interés que hay
aquí [Australia] en nuestro congreso excede a todo lo que haya visto