Página 489 - El Evangelismo (1994)

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El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas
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Si llevásemos a cabo los planes que algunos verían complacidos que
realizásemos, se formarían grupos que introducirían manifestaciones
espiritistas que confundirían la fe de muchos...
Entrarían errores y se abogaría por doctrinas extrañas. Algunos
se apartarían de la fe al prestar atención a espíritus seductores y a
doctrinas de demonios. Estas cosas comenzaron a manifestarse ya en
los tiempos cuando se estableció el primer sanatorio adventista. Eran
similares a los errores que se manifestaron poco después del chasco
de 1844. Se presentó un poderoso brote de fanatismo llamándose
a sí mismo el testigo del Espíritu Santo. Recibí un mensaje para
reprobar esta obra maligna.—
Carta 79, 1905
.
Santificación y santidad falsas
Cuidado con la doctrina que dice “cree solamente”
Encontraremos doctrinas falsas de toda clase, y seremos descarriados
a menos que estemos familiarizados con lo que Cristo ha dicho y
estemos siguiendo sus instrucciones. Una de las más peligrosas de
estas doctrinas es la que aboga por una falsa santificación. Algunos
pretenden ser santos y sin embargo están quebrantando los manda-
mientos de Dios. Su pretensión de que están sin pecado es falsa y
no debe aceptarse...
Otra doctrina que se presentará es la que sostiene que lo único
que tenemos que hacer es creer en Cristo: creer en que él ha perdo-
nado nuestros pecados y que después de que hemos sido perdonados
ya es imposible que pequemos. Esto constituye una trampa de Sata-
nás. Es cierto que debemos creer en Cristo. El es nuestra esperanza
de salvación. Pero también es cierto que cada día debemos llevar
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a cabo nuestra salvación individual con fe, sin jactancia pero con
temor y temblor. Debemos utilizar en su servicio todo el poder de
que disponga nuestro ser, y después de haber hecho lo mejor posible,
debemos considerarnos como siervos inútiles. El poder divino se
unirá con nuestros esfuerzos, y al aferramos a Dios con la mano de la
fe Cristo nos impartirá su sabiduría y justicia. Así es como mediante
su gracia seremos capacitados para edificar sobre un fundamento
seguro.—
Manuscrito 27, 1886
.
Una posesión superficial de santidad
—Los que han de seguir
a Cristo deben estar arraigados en los principios de la verdad. Ne-