Página 491 - El Evangelismo (1994)

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El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas
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supuestamente santificadas que están ayudando a Satanás en su obra.
Hablan mucho de los sentimientos y de su amor a Dios. Pero Dios no
reconoce su amor, porque es un engaño del enemigo. Dios ha dado
luz a esas personas pero ellas han rehusado aceptarla. Recibirán
la recompensa de la desobediencia cuando la reciba el padre de la
mentira.—
The Review and Herald, 26 de junio de 1900
.
Otro error: los mandamientos han sido suprimidos
—Cristo
amonesta a sus seguidores: “Guardaos de los falsos profetas, que
vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces”.
Mateo 7:15
. Los exhorta a no ser engañados cuando los
falsos pastores presentan sus doctrinas. Esos hombres nos dicen que
los mandamientos de Dios han sido suprimidos por la muerte de
Cristo. ¿Creeremos a esos hombres que pretenden ser santificados
mientras rehúsan obedecer a Dios? Afirman que el Señor les ha
dicho que no necesitan guardar los diez mandamientos; ¿pero se lo
ha dicho el Señor? No, Dios no miente.
Satanás, quien es el padre de la mentira, engañó a Adán en forma
similar, diciéndole que no necesitaba obedecer a Dios, que no moriría
si transgredía la ley de Dios. Pero Adán cayó y a causa de su pecado
abrió las compuertas del mal sobre nuestro mundo. Y luego Satanás
dijo a Caín que no necesitaba seguir expresamente el mandamiento
de Dios presentando el cordero degollado como una ofrenda. Caín
obedeció la voz del engañador, y porque Dios no aceptó su ofrenda
mientras manifestó su aprobación por la ofrenda de Abel, Caín se
levantó lleno de ira y asesinó a su hermano.
Necesitamos saber por nosotros mismos qué voz estamos obede-
ciendo, si es la voz del Dios verdadero y viviente o si es la voz del
gran apóstata...
Cuando el símbolo encontró la realidad en la muerte de Cristo,
cesó la ofrenda de sacrificio. La ley ceremonial quedó suprimida. Pe-
ro por la crucifixión la ley de los diez mandamientos fue establecida.
El Evangelio no ha abrogado la ley ni ha suprimido ni una jota de sus
pretensiones. Todavía exige santidad en todo sentido. Es el eco de la
propia voz de Dios que hace a cada alma esta invitación: Asciende
un poco más alto. Sé santo, siempre más santo.—
The Review and
[435]
Herald, 26 de junio de 1900
.
Una advertencia oportuna
—Como pueblo hemos caído en el
error opuesto. Reconocemos la validez de la ley de Dios y enseñamos