Página 502 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
alma su confianza y obtenga una experiencia sólida y saludable.—
Manuscrito 41, 1900
.
En el fuego y en el agua
—Siempre hay una clase de gente que
está dispuesta a escaparse por alguna tangente, que desea aprehender
algo extraño, maravilloso y nuevo; pero Dios desea que todos nos
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movamos con calma y consideración, eligiendo nuestras palabras en
armonía con la verdad sólida para este tiempo. La verdad debiera
presentarse a la mente tan libre como sea posible de lo que es
emocional, pero al mismo tiempo con la intensidad y solemnidad que
corresponden a su carácter. Debemos tener cuidado de no estimular
a los extremistas, los que están propensos a ir al fuego o al agua.
Os ruego que saquéis de vuestras enseñanzas toda expresión
extravagante, todo aquello que las mentes inestables y los inexpertos
pudieran tomar y utilizar para llevar a cabo movimientos descabella-
dos y faltos de madurez. Es necesario que cultivéis la precaución en
cada declaración a fin de no lanzar a nadie por una vía equivocada,
y causar confusión que requerirá mucha labor penosa para corregir,
desviando así la fuerza de los obreros hacia campos de actividad en
los cuales Dios no desea que se entre. Una manifestación de fanatis-
mo entre nosotros cerrará muchas puertas a los sólidos principios de
la verdad.—
Manuscrito 111
.
La verdad sagrada es deshonrada por la excitación
Necesitamos ser reflexivos y tranquilos y contemplar las verdades
de la revelación. La excitación no es favorable para el crecimiento
en la gracia, para la verdadera pureza y la santificación del espíritu.
Dios quiere que tratemos con la verdad sagrada porque única-
mente esto convencerá a los contradictores. Hay que llevar a cabo
un trabajo sereno y sensato...
Dios pide que su pueblo ande con sobriedad y santa consecuen-
cia. Debieran ser muy cuidadosos para no representar erradamente
ni deshonrar las doctrinas sagradas de la verdad mediante manifesta-
ciones extrañas, por medio de la confusión y el alboroto. Esto hace
que los incrédulos piensen que los adventistas son un conjunto de
fanáticos. Así se crea el prejuicio que impide que las almas reciban
el mensaje para este tiempo. Cuando los creyentes hablan la verdad
tal como es en Jesús, manifiestan una calma santa y sensata y no un
confuso alboroto.—
Manuscrito 76a, 1901
.