Página 504 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
bres que estudian ciencias de origen satánico, a través de los cuales
Satanás está trabajando para reducir a la nada a Dios y a Cristo.
Tanto el Padre como el Hijo tienen una personalidad. Cristo declaró:
“Yo y el Padre uno somos”.
Juan 10:30
. Y sin embargo fue el Hijo
de Dios el que vino al mundo en forma humana. Poniendo a un lado
su ropaje real y su corona regia vistió su divinidad con humanidad,
a fin de que la humanidad, mediante su sacrificio infinto llegara a
participar de la naturaleza divina y escapara de la corrupción que
hay en el mundo por causa de la concupiscencia.—
Testimonies for
the Church 9:68 (1909)
.
Verdad positiva contra exposiciones espiritistas
—He sido
instruida para que diga: No hay que confiar en las opiniones de
los que buscan ideas científicas avanzadas. Se han hecho exposicio-
nes como la siguiente: “El Padre es como la luz invisible; el Hijo
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es como la luz encarnada; y el Espíritu es como la luz derramada”.
“El Padre es como el rocío, vapor invisible; el Hijo es como el rocío
reunido en bellísimas gotas; el Espíritu es como el rocío derramado
en el asiento de la vida”. Otra exposición es ésta: “El Padre es como
el vapor invisible; el Hijo es como la nube plomiza; el Espíritu es la
lluvia que cae y obra con poder refrescante”.
Todas estas representaciones espiritistas no son absolutamente
nada. Son imperfectas y falsas. Debilitan y disminuyen la Majestad
que no puede compararse a ninguna cosa de origen terrenal. Dios no
puede compararse con las cosas que sus manos han creado. Estas no
son más que cosas terrenales, que sufren bajo la maldición de Dios
a causa de los pecados del hombre. El Padre no puede describirse
mediante las cosas de la tierra. El Padre es toda la plenitud de la
Divinidad corporalmente, y es invisible para los ojos mortales.
El Hijo es toda plenitud de la Divinidad manifestada. La Palabra
de Dios declara que él es “la imagen misma de su sustancia”.
He-
breos 1:3
. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna”.
Juan 3:16
. Aquí se muestra la personalidad
del Padre.
El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender
al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo
de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a
Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas