Página 507 - El Evangelismo (1994)

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El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas
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Corintios 6:14
), se refiere no sólo al casamiento de cristianos con
impíos, sino a todas las alianzas en las que las partes entran en
íntima asociación, y en las que hay necesidad de armonía en espíritu
y acción...
El Señor declara por medio del profeta Isaías: “Reuníos, pueblos,
y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras;
ceñíos, y seréis quebrantados; disponeos, y seréis quebrantados.
Tomad consejo, y será anulado; proferid palabra, y no será firme,
porque Dios está con nosotros. Porque Jehová me dijo de esta manera
con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de
este pueblo, diciendo: No llaméis conspiración a todas las cosas
que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen,
ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él
vuestro temor, y él sea vuestro miedo”.
Isaías 8:9-13
.
Hay quienes ponen en duda si es correcto para los cristianos per-
tenecer a la francmasonería y a otras sociedades secretas. Consideren
todos éstos el pasaje que acabamos de citar. Si somos verdadera-
mente cristianos debemos ser cristianos en todas partes y debemos
considerar y obedecer el consejo dado para convertirnos en cristianos
de acuerdo con las normas de la Palabra de Dios...
Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Redentor, aceptamos
la condición de convertirnos en obreros juntamente con Dios. Hemos
hecho un pacto con él para dedicarnos enteramente al Señor; como
mayordomos fieles de la gracia de Cristo nos hemos comprometido
a trabajar por la edificación de su reino en el mundo. Cada seguidor
de Cristo ha hecho la promesa de dedicar todas sus facultades, de
la mente, el alma y el cuerpo, a Aquel que ha pagado el precio del
rescate por nuestras almas. Nos hemos comprometido a ser soldados,
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a entrar en el servicio activo, a soportar las pruebas, la vergüenza
y el reproche, y a pelear la batalla de la fe, siguiendo al Capitán de
nuestra salvación.
En vuestra conexión con sociedades mundanas, ¿estáis cum-
pliendo vuestro pacto con Dios? ¿Tienden esas asociaciones a dirigir
vuestra mente o la de otros a Dios, o están apartando de él el interés
y la atención? ¿Fortalecen vuestra conexión con los instrumentos
divinos, o bien apartan vuestra mente hacia lo humano en lugar de
llevarla hacia lo divino?