Página 516 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
y compasión. Dios no obrará por medio de un hombre áspero, em-
pecinado y falto de amor. Un hombre tal echa a perder el modelo
que Cristo quiere que sus obreros revelen al mundo. Los obreros de
Dios, en cualquier ramo de servicio en que estén empeñados, han
de colocar en sus esfuerzos la bondad, la benevolencia y el amor de
Cristo.
Dios solicita portaluces que llenen el mundo con la luz, la paz
y el gozo que provienen de Cristo. Dios empleará a los hombres
humildes, a los hombres que alberguen un sentido de su debilidad,
que no piensen que la obra de Dios depende de ellos. Tales hombres
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recordarán que el servicio de Dios exige de ellos la propiedad del
habla y la acción que Dios requiere. Revelarán que Cristo habita en
su corazón, impartiendo pureza a todo el ser.—
Carta 197, 1902
.
La sencillez de los niños
—Trabajemos con todas nuestras capa-
cidades procurando hacer clara la verdad para este tiempo a los que
no la comprenden. La bendición del Señor descansará sobre cada
alma que se dedique a su obra en forma inteligente...
Cultivemos la sencillez de los niños. La preciosa Biblia, el Li-
bro de Dios, es nuestro instructor. A todos los que quieran andar
humildemente con Dios él les dará su Espíritu Santo y ministrará
en su favor mediante los santos ángeles para realizar impresiones
correctas sobre las mentes humanas.—
Manuscrito 77, 1909
.
Sin alabanza
—Debemos realizar nuestra obra con pureza y
fidelidad aunque en el mundo no haya nadie para decirnos: “Está
bien hecho”. Nuestras vidas deben ser precisamente lo que Dios
dispone que sean: fieles en buenas palabras, en acciones bondadosas
y consideradas, en la manifestación de humildad, pureza y amor. En
esta forma representaremos a Cristo ante el mundo...
Los hombres fatigados que ahora se dedican en primer lugar
e intensamente a la gran obra de salvar almas, son quienes Dios
honrará.—
Carta 120, 1898
.
El peligro de la adulación
—Mantened los ojos fijos en Cristo.
No fijéis vuestra atención en algún pastor favorito, copiando su
ejemplo e imitando sus gestos; en suma, llegando a ser su sombra.
No coloque ningún hombre su molde sobre vosotros...
No alabéis al hombre; no aduléis al hombre; no permitáis que
ningún hombre os alabe u os adule. Satanás hará demasiado de esta
clase de obra. Perded de vista el instrumento, y pensad en Jesús.