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El Evangelismo
obrero. Son las palabras agradables y de simpatía, la manifestación
de amor desinteresado por sus almas, lo que romperá las barreras
del orgullo y del egoísmo y mostrará a los incrédulos que poseemos
el amor de Cristo; y entonces la verdad se abrirá camino al corazón.
En esto consiste nuestra obra y el cumplimiento del plan de Dios.
Debemos poner de lado toda vulgaridad y aspereza. Debemos esti-
mular la cortesía, el refinamiento y la urbanidad cristiana. Guardaos
de ser bruscos y descorteses. No consideréis esas peculiaridades
como virtudes, porque Dios no las considera así. Esforzaos por no
ofender a nadie innecesariamente.—
The Review and Herald, 25 de
noviembre de 1890
.
Cristo es nuestro ejemplo de etiqueta
—Se aprende mejor el
verdadero refinamiento del pensamiento y los modales en la escuela
del Divino Maestro que por la observancia de reglas establecidas. Su
amor, al llenar el corazón, da al carácter esos toques de refinamiento
que lo asemejan al suyo. Esta educación imparte una dignidad de
origen divino y un sentimiento de corrección. Da una dulzura de
carácter y una suavidad de modales que jamás serán igualadas por
la pulidez superficial de la sociedad elegante.—
La Educación, 236
(1903)
.
La verdadera etiqueta: una gran simpatía y bondad
—
Muchos de los que dan gran importancia a la etiqueta muestran
poco respeto por todo lo que, por excelente que sea, no respon-
da a sus normas artificiales de conducta. Esto es falsa educación.
Fomenta el orgullo crítico y la estrecha exclusividad.
La esencia de la verdadera cortesía es la consideración hacia los
demás. La educación esencial y verdadera es aquella que amplía
las simpatías y estimula la bondad universal.—
La Educación, 236
(1903)
.
Ternura y bondad
—Vosotros dos necesitáis un toque más sua-
ve. Vuestras palabras deben calmar y no hostilizar. Estén vuestros
corazones llenos de amor por las almas. Con un interés profundo y
tierno trabajad por los que se hallan a vuestro alrededor. Si veis a
uno que comete un error tratad con él en la forma como Cristo ha
señalado en su Palabra y ved si no podéis resolver este asunto con
ternura cristiana. Orad con él y creed que el Salvador os mostrará el
camino de salida de ese problema.