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El Evangelismo
ra centrarse en el tema único de la salvación de las almas. Si sus
pensamientos se preocuparan de otros temas, muchos podrían per-
derse para la causa, cuando podrían haberse salvado mediante una
instrucción oportuna.—
Testimonies for the Church 4:265 (1876)
.
Pérdida producida por esfuerzos divididos
—Su error ha sido
el siguiente: No bien Ud. inicia una serie de reuniones de evan-
gelización, comienza a escribir mucho. Ahora bien, si su parte en
la obra consiste en escribir, si Dios le ha dicho tal como ordenó a
Juan: “Escribe estas cosas”, entonces dedíquese a eso, y no trate
de hacer otra cosa. Si Ud. debe pronunciar discursos, su mente no
es suficientemente vigorosa, aunque sea intensamente activa, para
soportar la tensión de hablar, realizar visitas y escribir. Ud. debiera
dejar descansar su mente en gran medida cuando se dedica a la tarea
de presentar ante la gente verdades nuevas y alarmantes, cuya acep-
tación incluye una cruz. Ud. debe elegir cuidadosamente su tema,
hacer sus discursos cortos y presentar con toda claridad los puntos
doctrinales importantes...
Para tener éxito en esta obra debe hacer una cosa la vez concen-
trar sus facultades sobre una sola tarea. Ud. ha errado con relación a
esto. Cuando comienza a dar una serie de discursos haga que esos
discursos sean su preocupación principal No comience a escribir
cartas y artículos para los períodicos porque Ud. divide sus fuerzas
al hacerlo así. El pastor ----- y el pastor ----- fueron corregidos en
esto. El Señor me mostró que la obra importante de presentar la
verdad estaba sufriendo en sus manos; ni la mitad de la fuerza era
aplicada a su trabajo, porque dedicaban demasiado tiempo a escribir
cartas. La obra de visitación es la parte importante de la tarea pero
esos hermanos ocupaban su tiempo escribiendo casi constantemente,
lo cual los fatigaba, llenaba su tiempo y no ayudaba a presentar la
verdad, sino enterpecía esa tarea. Privaban a la gente de una expo-
sición clara y convincente de la Escritura y se descuidaba la parte
devocional de la obra...
La razón era ésta: ocupaban mucho del tiempo que pasaban fuera
del púlpito en escribir y se disculpaban por no poder visitar a la
gente porque estaban tan ocupados y tan cansados Como resultado
de esto, su cerebro estaba cansado cuando subían al púlpito; no
estaban preparados para realizar una obra sobre la cual Dios pudiera
estampar su sello. No presentaban nada con claridad. Sin embargo