Página 54 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
compartido con millares los, conocimientos recibidos.—
The Review
and Herald, 9 de mayo de 1899
.
En las fiestas
—Cuando era invitado a una fiesta, Cristo aceptaba
la invitación para poder sembrar la simiente de la verdad en el cora-
zón de los presentes mientras estuviera sentado a la mesa. El sabía
que la simiente así sembrada brotaría y produciría fruto. Sabía que
algunos de los que estaban sentados a la mesa con él responderían
luego a su llamamiento: “Sígueme”. Es nuestro el privilegio de estu-
diar los métodos de enseñanza de Cristo, mientras iba de un lugar a
otro sembrando por doquiera la semilla de la verdad.—
Manuscrito
113, 1902
.
El plan preparatorio de Jesús
—Cristo envió a sus discípu-
los de dos en do
, a los lugares donde él iría posteriormente.—
Manuscrito 19, 1910
.
¿Era correcto el método de Cristo?
—La Majestad del cielo
viajaba de un lugar a otro a pie, enseñando al aire libre, a la orilla
del mar y en la montaña. Así atraía a la gente. ¿Somos nosotros ma-
yores que nuestro Señor? ¿Era correcto el método que él empleaba?
¿Hemos estado obrando sin sabiduría al mantener la sencillez y la
piedad? No hemos aprendido la lección todavía como debiéramos.
Cristo declara: Tomad mi yugo de sujeción y obediencia sobre vo-
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sotros, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es
fácil y ligera mi carga.—
Carta 140, 1898
.
Modelando y corrigiendo en el servicio de Cristo
—La obra
de los discípulos necesitaba ser modelada y corregida por la más
tierna disciplina, y abriendo ante los demás el conocimiento de la
palabra que ellos mismos habían recibido; y Cristo les daba instruc-
ción especial con respecto a su conducta y a su obra. En su propia
vida les había dado un ejemplo de estricta conformidad a las reglas
que ahora trazaba para ellos. No habían de entrar en controversias.
Esta no era su obra. Tenían que revelar y defender la verdad en sus
propios caracteres, y por medio de fervorosa oración y meditación,
manifestar su experiencia personal en un genuino cristianismo. Esto
se hallaba en decidido contraste con la religión de los fariseos y
saduceos. Tenían que llamar la atención de sus oyentes a verdades
aún mayores que todavía no habían sido reveladas. Debían arrojar la
Véase
las, 57-59
: “Ventajas del trabajo de dos en dos”.