Página 549 - El Evangelismo (1994)

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Calificaciones esenciales del obrero
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Hablar a miles es igualmente fácil como hablar a diez
—El
hablar con la garganta, dejando que las palabras salgan de la parte
superior de los órganos vocales, raspándolos e irritándolos todo el
tiempo, no es la mejor manera de mantener la salud o de aumentar
la eficiencia de esos órganos. Debéis inspirar profundamente y dejar
que la acción proceda de los músculos abdominales. Los pulmones
deben ser tan sólo el canal, pero no debéis depender de ellos pa-
ra hacer el trabajo. Si permitís que vuestras palabras procedan de
bien abajo, ejercitando los músculos abdominales, podéis hablar a
miles de personas con tanta facilidad como cuando habláis a diez
personas.—
Testimonies for the Church 2:616 (1871)
.
Hay que respirar correctamente
—Los ministros debieran pa-
rarse derechos y hablar con lentitud, firmeza y claridad, inspirando
profundamente antes de pronunciar cada frase y expresando las pa-
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labras mediante la acción de los músculos abdominales. Si observan
esta regla sencilla y si prestan atención a las leyes de la salud en
otros aspectos, pueden preservar su vida y utilidad durante mucho
más tiempo que en el caso de hombres de cualquier otra profe-
sión. El pecho se ampliará, y... el orador pocas veces enronquecerá
aunque hable constantemente. Los ministros, en lugar de ponerse
tuberculosos, siendo cuidadosos pueden vencer toda tendencia a la
tuberculosis.—
Testimonies for the Church 4:404 (1880)
.
Hay que hablar con calma y lentitud
—En los días de mi ju-
ventud acostumbraba hablar en tono demasiado alto. El Señor me
mostró que yo no podía realizar una impresión debida sobre la gente
elevando la voz a un tono antinatural. Luego me fue presentado
Cristo y su manera de hablar; y en su voz había una dulce melodía.
Su voz, expresada con lentitud y calma, llegaba a sus oyentes, y
sus palabras penetraban en sus corazones, y ellos eran capaces de
aprehender lo que él había dicho antes de que pronunciara la frase
siguiente. Al parecer algunos piensan que deben correr todo el tiem-
po, porque si no lo hacen perderán la inspiración y la gente también
perderá la inspiración. Si eso es inspiración, que la pierdan y, cuanto
antes mejor.—
Manuscrito 19b, 1890
.