Página 550 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
La apariencia personal del evangelista
La personalidad del evangelista
—Según la luz que he recibi-
do, el ministerio es un oficio sagrado y exaltado, y los que aceptan
esta posición debieran tener a Cristo en sus corazones, y debieran
manifestar un ferviente deseo de representarlo dignamente delan-
te de la gente en todos sus actos, en su manera de vestir, en su
conversación y hasta en su manera de hablar...
Nuestras palabras, acciones, comportamiento e indumentaria,
todo en nosotros, debiera predicar. No sólo con nuestras palabras
debiéramos hablar a la gente, sino que todo lo que pertenece a
nuestra persona debiera ser un sermón para ella.—
Testimonies for
the Church 2:615, 618 (1871)
.
Almas perdidas a causa del descuido
—Un ministro que es
descuidado en su indumentaria, con frecuencia ofende a las personas
de buen gusto y de sensibilidad refinada. Los que están en falta en
este sentido debieran corregir sus errores y ser más cuidadosos. Al
final, se descubrirá que la pérdida de algunas almas será debido a
la falta de pulcritud del pastor. La primera impresión que tuvieron
de él los afectó desfavorablemente, porque de ninguna manera pu-
dieron relacionar su apariencia con las verdades que presentaba.
Su indumentaria hablaba contra él, y causó la impresión de que el
pueblo a quien representaba era un conjunto de gente descuidada y
que no se preocupaba de su vestimenta, de modo que sus oyentes no
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quisieron saber nada con esa clase de gente.—
Testimonies for the
Church 2:613 (1871)
.
Gusto, color y entalladura
—Algunas personas que ministran
en las cosas sagradas disponen de tal manera su ropa sobre su perso-
na que, por lo menos en cierta medida, eso destruye la influencia de
su trabajo. Hay una evidente falta de gusto en la elección del color y
de ajuste en la entalladura. ¿Qué impresión se causa con esta manera
de vestir? Es que la obra a la que se dedican no es considerada de
carácter más sagrado o elevado que un trabajo común, como sería la
tarea de arar el campo. El ministro, mediante su ejemplo, rebaja las
cosas sagradas al mismo nivel de las cosas comunes.—
Testimonies
for the Church 2:614 (1871)
.
La elección de los colores
—La ropa negra u oscura sienta mejor
al ministro cuando éste está en el púlpito, y realizará una mejor