Calificaciones esenciales del obrero
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impresión sobre la gente que la que haría una combinación de dos
o tres colores diferentes en su vestimenta.—
Testimonies for the
Church 2:610 (1871)
.
Propiedad en la manera de vestir y en el comportamiento
—
Debemos manifestar propiedad en la manera de vestir y en el com-
portamiento. Nunca debiéramos ser descuidados ni desprolijos en
nuestra apariencia o en nuestro trabajo.—
Carta 49, 1902
.
El carácter de la obrera es juzgado por su manera de ves-
tir
—Se juzga el carácter de una persona por el estilo de su vestido.
El gusto refinado y la mente cultivada se revelarán en la elección de
atavíos sencillos y apropiados. La casta sencillez en el vestir, unida
a la modestia de conducta serán de mucho mayor influencia para
rodear a una joven de una atmósfera de reserva sagrada que será
para ella un escudo contra miles de peligros.—
La Educación, 242
(1903)
.
Los incrédulos aprecian la sencillez en la manera de vestir
—
Muchos se visten como el mundo, a fin de ejercer influencia sobre
los incrédulos; pero en esto cometen un triste error.. Si quieren
ejercer una influencia verdadera y salvadora, vivan de acuerdo con
su profesión de fe, manifiéstenla por sus obras justas, y hagan clara
la distinción que hay entre el cristiano y el mundo. Sus palabras, su
indumentaria y sus acciones deben hablar en favor de Dios. Entonces
ejercerán una influencia santa sobre todos los que los rodeen, y aun
los incrédulos conocerán que han estado con Jesús. Si alguno quiere
que su influencia se ejerza en favor de la verdad, viva de acuerdo
con lo que profesa e imite así al humilde Modelo.—
Joyas de los
Testimonios 1:594, 595 (1881)
.
El orgullo manifestado en la manera de vestir es una piedra
de tropiezo para los incrédulos
—Más de un alma que estaba con-
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vencida de la verdad se ha visto inducida a decidirse contra ella por
el orgullo y el amor al mundo que manifestaron nuestras hermanas.
La doctrina que se predicaba parecía clara y armoniosa, y las oyen-
tes sentían que debían tomar una pesada cruz al aceptar la verdad.
Cuando estas personas vieron a nuestras hermanas haciendo tanta
ostentación en el vestir, dijeron: “Estas personas se visten tan visto-
samente como nosotras. No pueden creer realmente lo que profesan;
y al fin y al cabo deben estar equivocadas. Si realmente pensaran
que Cristo va a venir pronto, y el caso de cada alma debe decidirse