Calificaciones esenciales del obrero
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equivocada. Y puede ser que nunca sepáis lo que causó vuestra ruina
hasta que se pronuncie la sentencia: “Apartaos de mí, obradores de
maldad”.—
Testimonies for the Church 5:397, 398 (1885)
.
Convertidos por ministros inconversos
—Una persona puede
oír y aceptar toda la verdad, y sin embargo puede no saber nada en
cuanto a la piedad personal y a la verdadera religión de la experien-
cia. Puede explicar los caminos de la salvación a otros y sin embargo
él mismo ser un desechado. La verdad es santa y poderosa y escudri-
ña hasta las intenciones y los propósitos del corazón. La importancia
y la autoridad de la verdad en el gran plan de salvación se originaron
en el Autor Divino y no pierden su valor y su vigencia porque los
instrumentos empleados en su administración sean impíos o infieles.
Un hombre que había estado practicando la maldad, y que toda-
vía la practicaba, preguntó: “¿Por qué las almas se convierten a la
verdad mediante mi influencia?” Le contesté: “Cristo está atrayendo
constantemente las almas hacia él y está iluminando sus caminos
con su propia luz. Al que busca la salvación no se le permite leer el
carácter del que le enseña. Si él mismo es sincero, si es atraído hacia
Dios, y cree en él y confiesa sus pecados, será aceptado.—
Carta 12,
1890
.
El aspirantazgo
Obreros jóvenes que salen al campo
—Hay jóvenes concien-
zudos que se están preparando para salir al campo, para fortalecer
los puestos de avanzada. Si andan humildemente con Dios el hablará
con ellos y los instruirá. A ellos quiero decirles: Trabajad en el lugar
donde os encontráis, haced lo que podáis para compartir la verdad
que os es tan preciosa. Mantened la sencillez, y cuando haya puestos
vacantes que llenar escucharéis las palabras: Amigo, ven más arriba.
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Podéis resistiros a avanzar, pero hacedlo con vuestra confianza pues-
ta en Dios, e introducid en su obra una experiencia fresca y honrada
y un corazón lleno de fe que obra por amor y que purifica el alma.
Cuando sintáis sed del agua de vida, pedidla a Cristo, y él os dará
a beber abundantemente del agua de vida. Será para vosotros una
fuente de la que brota la vida eterna.—
Carta 9, 1899
.
Mucho depende de un comienzo correcto
—La utilidad de los
hombres jóvenes que sienten que son llamados por Dios a predicar,