Página 571 - El Evangelismo (1994)

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El triunfo del mensaje
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Cuando termine el mensaje
—[La venida del Señor] no demo-
rará más que el tiempo que tome la tarea de presentar el mensaje a
toda nación, lengua y pueblo. ¿Olvidaremos nosotros, los que pre-
tendemos ser estudiantes de las profecías, que la tolerancia de Dios
para con los impíos es una parte del vasto y misericordioso plan por
el cual él está tratando de lograr la salvación de las almas?—
The
Review and Herald, 18 de junio de 1901
.
Poder para terminar la obra
Por qué muchos han fracasado en la salvación de las almas
Muchos presentan las doctrinas y teorías de nuestra fe; pero su
presentación es como sal sin sabor; pues el Espíritu Santo no está
trabajando por medio de su ministerio falto de fe. No han abierto
el corazón para recibir la gracia de Cristo; no conocen la operación
del Espíritu; son como harina sin levadura; pues no hay ningún
principio activo en toda su labor, y dejan de ganar las almas para
Cristo. No se apropian de la justicia de Cristo; es un manto que no
ha sido usado por ellos, una plenitud desconocida, una fuente no
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aprovechada.—
The Review and Herald, 29 de noviembre de 1892
.
Hemos de trabajar con intensidad para impresionar a los
no creyentes
—Necesitamos mayor intensidad en la causa de Cristo.
El solemne mensaje de la verdad debe ser dado con una intensidad
que impresione a los no creyentes de que Dios está obrando con
nuestros esfuerzos, de que el Altísimo es nuestra fuente viva de
fortaleza.—
The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1886
.
Cuando coloquemos nuestros corazones en unidad con Cristo,
y pongamos nuestra vida en armonía con su obra, el Espíritu que
descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés descenderá
sobre nosotros.—
The Review and Herald, 30 de junio de 1903
.
Con el celo de los apóstoles
—El celo por la gloria de Dios
impulsó a los discípulos a presentar un testimonio de la verdad con
grandioso poder. ¿No debiera este celo inflamar nuestros corazones
con un anhelo de contar la historia del amor redentor de Cristo y
de éste crucificado? No debe este poder de Dios ser revelado en
forma aún más notable hoy en día de lo que fue en el tiempo de los
apóstoles?—
The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914
.