Página 71 - El Evangelismo (1994)

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Los planes para la campaña pública
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Ahora debemos despertar interés en las ciudades principales. Hay
que establecer numerosos centros pequeños en lugar de unos pocos
centros grandes...
Trabajen los misioneros de dos en dos en diferentes secciones
de las grandes ciudades. Los obreros de cada ciudad deberían re-
unirse con frecuencia para consultarse y orar, a fin de que tengan
sabiduría y gracia para trabajar juntos con eficacia y en armonía.
Estén todos atentos para aprovechar al máximo toda ventaja. Nuestro
pueblo debe ceñirse la armadura y establecer centros en las grandes
ciudades.—
Medical Ministry, 300 (1909)
.
Alcanzando las secciones de las ciudades que no han sido
amonestadas
—En todas partes debe haber una fuerza creciente
de obreros. Vayan los obreros de dos en dos a trabajar juntos en
las diversas secciones de las ciudades que han permanecido sin
amonestar durante largo tiempo.—
Carta 8, 1910
.
Hay que trabajar en todas partes
—Vaya un grupo de obreros
a una ciudad y trabaje fervorosamente en todas partes para proclamar
la verdad. Consúltense mutumente acerca del mejor método para
llevar a cabo la obra con el menor gasto posible. Deben llevar a cabo
un trabajo cabal y siempre han de exaltar la fase espiritual de su
tarea.—
Manuscrito 42, 1905
.
Hay que levantar carpas en diferentes sectores de la ciu-
dad
—Hay que manifestar una táctica más sabia en la ubicación
de las carpas para reuniones de reavivamiento; éstas no deberían
llevarse a cabo en sitios poco concurridos, porque en las ciudades
hay gente que necesita la verdad. Las reuniones espirituales deben
realizarse en lugares donde pueda alcanzarse a la gente que vive en
las grandes ciudades...
Estas reuniones deben llevarse a cabo en las ciudades o cerca de
ellas. Los obreros deben levantar su carpa una vez en un lugar de
la ciudad y la próxima en un lugar diferente. A nuestro alrededor
viven paganos que necesitan oír el mensaje de amonestación. En
las grandes ciudades de América hay que erigir monumentos para
Dios.—
Carta 164, 1901
.
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