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El Evangelismo
Planes para una obra permanent
Arar la superficie: una cosecha limitada
—Nos encontramos
en peligro de esparcirnos sobre mayor territorio y comenzar más em-
presas de las que podemos atender prósperamente, y éstas llegarán
a ser una carga agobiadora y dispendiosa. Debemos cuidarnos del
peligro de recargar algunos ramos de nuestra obra y dejar algunas
partes importantes de la viña del Señor descuidadas. El emprender y
planear una gran cantidad de trabajo y no hacer nada perfectamen-
te, sería un mal plan. Hemos de avanzar, pero únicamente con el
consejo de Dios. No debemos apartarnos tanto de la sencillez de
la obra, que perdamos nuestra percepción espiritual y nos resulte
imposible cuidar los muchos ramos acumulados de trabajos y de
empresas iniciadas, sin sacrificar a nuestros mejores ayudantes para
mantener las cosas en orden. La vida y la salud deben ser objeto de
consideración.
Aun cuando debemos estar siempre listos a seguir las provi-
dencias de Dios que abren puertas, no debemos trazar planes más
amplios en lugares donde nuestra obra está representada, ni ocupar
más terreno que aquel en el cual tengamos ayuda y recursos pa-
ra consolidar bien la obra. El arar superficialmente conduce a una
cosecha limitada y dispersa. Sostened y aumentad el interés ya des-
pertado, hasta que la nube avance, y entonces seguidla. Aun cuando
hay planes más amplios y campos que se abren constantemente para
los obreros, nuestras ideas y puntos de vista deben ampliarse con
respecto a los obreros que deben trabajar en nuevos campos en la
viña del Señor para traer almas a la verdad.—
Carta 14, 1886
.
Esparciendo una capa muy delgada
—No se inviertan los me-
dios que están a vuestra disposición en tantos lugares que nada
satisfactorio pueda lograrse en ninguna parte. Es posible que los
obreros esparzan sus esfuerzos sobre tan extenso territorio que nada
se haga en forma adecuada en los mismos lugares donde, por la di-
rección de Dios, la obra deba ser fortalecida y perfeccionada.—
Carta
87, 1902
.
Meticulosidad en los detalles de una campaña
—Si nuestro
temperamento activo reúne tal cantidad de trabajo que no tengamos
ni la fuerza ni la gracia de Cristo para realizar con comprensión,
Véase
también las, 236 a 240
, “Una cabal consolidación”.