Página 81 - El Evangelismo (1994)

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Los planes para la campaña pública
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si lo pudiera hacer, de manera que manténgase en guardia cuando
tenga algo que tratar con él”. Pero si en una transacción, una friolera
que estaría a vuestro favor, es cedida a la otra persona, ella tratará con
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vosotros de acuerdo con el mismo plan generoso. La mezquindad
engendra mezquindad, la tacañería engendra tacañería. Los que
siguen esta conducta no saben cuán mezquina les parece a los demás,
especialmente a aquellos que no son de nuestra fe; y la causa preciosa
de la verdad queda marcada por este defecto.—
Carta 14, 1887
.
La administración de la campaña
Los ministros no deben recargarse con los negocios
—A cada
persona le ha sido asignada su obra. Los que entran en el ministerio
se dedican a una tarea especial y deberían entregarse a la oración y a
la predicación de la Palabra. Sus mentes no deberían ser recargadas
con asuntos comerciales. Durante años el Señor me ha estado indi-
cando que advierta a nuestros ministros contra el peligro de permitir
que sus mentes se mezclen tanto en asuntos comerciales que no
les quede tiempo para tener comunión con Dios y con el Espíritu.
Un ministro no puede mantener su mente en la mejor condición
espiritual mientras sea llamado a solucionar pequeñas dificultades
en las diversas iglesias. No es ésta la obra que se le ha encomendado.
Dios desea utilizar todas las facultades de sus mensajeros escogidos.
Su mente no debería ser recargada por largas juntas realizadas en la
noche, porque Dios desea que toda su capacidad mental sea utilizada
en la proclamación con claridad y fuerza del Evangelio tal como fue
enseñado por Jesús.
Cuando el pastor está sobrecargado de trabajo, con frecuencia
tiene su tiempo tan ocupado que a duras penas encuentra la ocasión
de examinarse a sí mismo para ver si está en la fe. Tiene poquísimo
tiempo para meditar y orar. Cristo unió en su ministerio la oración
con el trabajo. Dedicó noches enteras a la oración. Los ministros
deben buscar a Dios para recibir su Espíritu Santo, a fin de presentar
correctamente la verdad.—
Manuscrito 127, 1902
.
Detalles comerciales a cargo de hombres de capacidad co-
mercial
—Es un gran error que un pastor que tenga el don de pre-
dicar el Evangelio con poder, necesite ocuparse constantemente de