Página 98 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
Consejos para las iglesias que realizan campañas de evange-
lización en las ciudades
—Hace unos cuatro años, cuando el pastor
Haskell y otros obreros dirigían una escuela de instrucción práctica
y servicios nocturnos de predicación en la ciudad de Nueva York, el
Señor envió este mensaje para ellos: “Que los creyentes que viven
cerca del lugar donde lleváis a cabo las reuniones compartan la carga
de la obra. Deberían considerar que es su deber y su privilegio con-
tribuir al éxito de las reuniones. Dios se complace por los esfuerzos
que se realizan para ponerlos al trabajo. El desea que cada miembro
de iglesia trabaje como su mano ayudadora y procure ganar almas
para Cristo mediante un ministerio de amor”...
La siguiente instrucción se dio para la Iglesia de Los Angeles,
hace alrededor de un año, cuando el Señor obraba con poder sobre
la gente por medio de las reuniones que se realizaban en carpas:
“Tenga la Iglesia de Los Angeles diariamente reuniones especiales
de oración en favor de la obra que se está realizando. La bendición
del Señor descenderá sobre los miembros de la iglesia que participan
en la obra y cada día se reúnen en pequeños grupos para orar por
su éxito. En esta forma los creyentes obtendrán gracia para ellos
mismos, y la obra del Señor será impulsada hacia adelante”.
Así es como solíamos hacer. Orábamos por nuestras propias
almas y por los obreros que llevaban a cabo la obra. El Señor Jesús
declara que donde dos o tres se reúnen en su nombre, él está en
medio de ellos para bendecirlos. Haya menos palabrerío y más
oración sincera y fervorosa.
Temo que no se aprecie el esfuerzo que se está llevando a cabo
para proclamar la verdad en Los Angeles. Que cada persona acuda a
ayudar al Señor en la lucha contra el poderoso enemigo. Donde se
lleve a cabo una serie de reuniones, como ha ocurrido en el caso de la
obra evangelística realizada en Los Angeles, acérquese a Dios cada
miembro de la iglesia. Escudriñen todos sus corazones con ayuda
de la luz que brilla de la Palabra. Si se descubre algún pecado, haya
confesión y arrepentimiento. Esté cada colaborador bien preparado
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para su trabajo. El Señor escuchará las oraciones y las contestará.
No piensen los miembros de la iglesia que ellos deben recibir el
beneficio de los esfuerzos realizados por la persona que se sienta
impresionada a trabajar por los que han sido descuidados, aquellos