Página 104 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará
a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme
mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Y los
cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez”.
Salmos 50:3-
6
. En vista del gran día de Dios, podemos ver que nuestra única
seguridad se hallará en apartarse de todo pecado e iniquidad. Los que
continúan en el pecado se encontrarán entre los que son condenados
y perecen.
El destino de los transgresores
Juan vio el destino de los que escogen el sendero de la transgre-
sión: “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes,
los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cue-
vas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las
peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que
está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día
de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Apocalipsis
6:15-17
.
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Un destino terrible aguarda al pecador, y por lo tanto es necesario
que sepamos qué es el pecado, a fin de que podamos escapar de su
poder. Juan dice: “Todo aquel que comete pecado, infringe también
la ley; pues el pecado es infracción de la ley”.
1 Juan 3:4
. Aquí
tenemos la verdadera definición de pecado; es “infracción de la ley”.
Cuán a menudo el pecador es instado a abandonar sus pecados y
acudir a Jesús; pero, el mensajero que debería conducirlo a Cristo
¿le ha señalado claramente el camino? ¿Le ha señalado claramente
el hecho de que “el pecado es infracción de la ley”, y de que debe
arrepentirse y dejar de quebrantar los mandamientos de Dios?
Dios no podía alterar una jota ni una tilde de su santa ley a fin de
ir al encuentro del hombre en su condición caída; porque esto habría
producido descrédito sobre la sabiduría de Dios al hacer una ley por
la cual habían de gobernarse el cielo y la tierra. Pero Dios podía dar
a su Hijo unigénito para que llegara a ser el Sustituto y Garante del
hombre, para que sufriera la penalidad que merecía el transgresor y
para que impartiera al alma penitente su perfecta justicia. Cristo vino
a ser el sacrificio inmaculado en favor de una raza caída, convirtiendo
a los hombres en prisioneros de esperanza, de manera que, mediante