Cristo, nuestra justicia (un tema presentado en 1883)
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crucificado. El amor surge en el corazón. Puede no haber un éxtasis
de sentimientos, pero hay una confianza serena y permanente. Toda
carga se hace liviana, pues es fácil el yugo que impone Cristo. El
deber se convierte en una delicia, y el sacrificio en un placer. La
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senda que antes parecía envuelta en tinieblas se hace brillante con
los rayos del Sol de Justicia. Esto es caminar en la luz así como
Cristo está en la luz.
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