Página 40 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
al precio de la pérdida del alma, la pérdida de riquezas eternales.
Pudieron haber tenido esa vida que se mide con la vida de Dios;
pues Jesús murió a fin de poner a su alcance las bendiciones y los
tesoros del cielo, para que pudieran no ser considerados pobres y
desventurados y miserables en la elevada estimación de la eternidad.
Nadie que quebrante los mandamientos entrará
Nadie que haya recibido la luz de la verdad y quebrante los
mandamientos entrará en la ciudad de Dios. Su ley constituye el
fundamento de su gobierno en la tierra y en el cielo. Los que cons-
cientemente hayan pisoteado y despreciado su ley en la tierra, no
serán llevados al cielo para que allí hagan la misma obra; no se
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producirá un cambio de carácter cuando Cristo venga.
La edificación del carácter ha de proseguir durante las horas
de prueba. Día tras día nuestras acciones son registradas en los
libros del cielo, y en el gran día de Dios seremos recompensados
según hayan sido nuestras obras. Entonces se verá quién recibe la
bendición. “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos,
para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las
puertas en la ciudad”.
Apocalipsis 22:14 (V. Valera)
.
Los que se levantan contra la ley de Dios están en guerra contra
Dios mismo; y muchos que están llenos de la mayor amargura
contra el pueblo de Dios que guarda los mandamientos, hacen la
más aparatosa ostentación de vivir vidas santas e inmaculadas. Esto
puede explicarse solamente de una manera: no tienen espejo en el
cual mirarse para descubrir la deformidad de sus caracteres. Ni José,
ni Daniel ni ninguno de los apóstoles pretendieron ser impecables.
Los hombres que han vivido más cerca de Dios, los hombres que
habrían sacrificado la vida misma antes que pecar deliberadamente
contra El, los hombres a quienes Dios ha honrado con luz y poder
divinos, se han reconocido a sí mismos como pecadores, indignos
de sus grandes mercedes. Han sentido su debilidad y, pesarosos por
sus pecados, han tratado de imitar al modelo: Cristo Jesús.