Página 42 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
milagros a la vista de falsos profetas, a la vista de los hombres,
pretendiendo ser verdaderamente Cristo mismo. Satanás dota con su
poder a los que le ayudan en sus engaños; por consiguiente, los que
aseveran tener el gran poder de Dios sólo pueden ser discernidos
por el gran detector: la ley de Jehová. El Señor nos advierte que si
les fuera posible engañarían a los mismos escogidos. El ropaje de
oveja parece tan real, tan genuino, que el lobo puede distinguirse
únicamente cuando acudimos a la gran norma moral de Dios y allí
descubrimos que son transgresores de la ley de Jehová.
Si alguna vez hubo un tiempo, es ahora
Si alguna vez hubo un tiempo cuando necesitamos fe y esclare-
cimiento espiritual, es ahora. Los que están velando en oración y
escudriñando las Escrituras diariamente con un ferviente deseo de
conocer y hacer la voluntad de Dios, no serán desviados por ninguno
de los engaños de Satanás. Sólo ellos discernirán el pretexto que
hombres arteros adoptan para seducir y entrampar. Se dedica tanto
tiempo y atención al mundo, al vestido y a la comida y a la bebida,
que no se deja tiempo para la oración y el estudio de las Escrituras.
Queremos la verdad en cada punto, y debemos buscarla como a
tesoros escondidos. Por doquier se nos presentan atrayentes fábulas,
y los hombres escogen creer en el error antes que en la verdad,
porque la aceptación de la verdad entraña una cruz. El yo debe ser
negado; el yo debe ser crucificado. Por eso, Satanás les presenta un
camino más fácil invalidando la ley de Dios. Cuando Dios deja al
hombre librado a su propio rumbo, es para éste la hora más tenebrosa
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de su vida. Porque dejar que una criatura obstinada y desobediente
tome su propio sendero, que siga la inclinación de su propia mente y
acumule las oscuras nubes del juicio de Dios a su alrededor, es algo
terrible.
Pero Satanás tiene sus agentes que son demasiado orgullosos
para arrepentirse y que están constantemente en acción para echar
por tierra y hollar la causa de Jehová. ¡Qué día de aflicción y de-
sesperación, cuando tengan que hacer frente a su obra con toda su
carga de consecuencias! Almas que podrían haber sido salvadas para
Jesucristo, se habrán perdido por sus enseñanzas e influencia.