Página 88 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
La prueba de toda doctrina
El profeta declara una verdad por la cual podemos probar toda
doctrina. Dice: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a
esto, es porque no les ha amanecido”.
Isaías 8:20
. Aunque el error
abunda en el mundo, no hay razón para que los hombres permanez-
can en el engaño. La verdad es clara, y cuando se la compara con el
error, se puede discernir su carácter. Todos los súbditos de la gracia
de Dios pueden comprender lo que se requiere de ellos. Mediante la
fe podemos conformar nuestras vidas a la norma de justicia, porque
podemos apropiarnos de la justicia de Cristo.
El honesto buscador de la verdad encontrará en la Palabra de
Dios la regla para la santificación genuina. El apóstol dice: “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu...
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a
causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia
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de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne
piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las
cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de
Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden
agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros”.
Romanos
8:1-9
.
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