Página 115 - Los Hechos de los Ap

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El evangelio en Antioquía
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por las puertas abiertas por la providencia de Dios; y así se fué a
Tarso en busca de Pablo quien, después de salir de Jerusalén algún
tiempo antes, había estado trabajando en las comarcas de “Siria y
de Cilicia,” anunciando “la fe que en otro tiempo destruía.”
Gálatas
1:21, 23
. Bernabé encontró a Pablo y le persuadió a que volviese
con él como su compañero en el ministerio.
En la populosa ciudad de Antioquía, halló Pablo un excelente
campo de labor. Su erudición, sabiduría y celo influyeron pode-
rosamente en los vecinos y forasteros de aquella culta ciudad, de
manera que Pablo proporcionó precisamente la ayuda que Bernabé
necesitaba. Durante un año trabajaron ambos discípulos unidos en
fiel ministerio, comunicando a muchos el salvador conocimiento de
Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo.
Fué en Antioquía donde los discípulos fueron llamados por pri-
mera vez cristianos. El nombre les fué dado porque Cristo era el
tema principal de su predicación, su enseñanza y su conversación.
Continuamente volvían a contar los incidentes que habían ocurrido
durante los días de su ministerio terrenal, cuando los discípulos
eran bendecidos con su presencia personal. Se explayaban incan-
sablemente en sus enseñanzas y en sus milagros de sanidad. Con
labios temblorosos y ojos llenos de lágrimas hablaban de su agonía
en el jardín, su traición, su juicio, y su ejecución, de la paciencia
y humildad con que había soportado el ultraje y la tortura que le
habían impuesto sus enemigos, y la piedad divina con que había
orado por aquellos que lo perseguían. Su resurrección y ascensión,
su obra en el cielo como el mediador del hombre caído, eran temas
en los cuales se gozaban en explayarse. Bien podían los paganos
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llamarlos cristianos, siendo que predicaban a Cristo, y dirigían sus
oraciones al Padre por medio de él. Fué Dios el que les dió el nombre
de cristianos. Este es un nombre real, que se da a todos los que se
unen con Cristo. En cuanto a este nombre Santiago escribió más
tarde: “¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os
arrastran a los juzgados? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que
fué invocado sobre vosotros?”
Santiago 2:6, 7
. Y Pedro declaró: “Si
alguno padece como Cristiano, no se avergüence; antes glorifique
a Dios en esta parte.” “Si sois vituperados en el nombre de Cristo,
sois bienaventurados; porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan
sobre vosotros.”
1 Pedro 4:16, 14
.