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Los Hechos de los Apóstoles
divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas,
y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos.
Hoy día las verdades de las Escrituras deben presentarse a los
grandes del mundo, a fin de que puedan escoger entre obedecer a la
ley de Dios y servir al príncipe del mal. Dios les presenta la verdad
eterna, la verdad que los hará sabios para la salvación; pero no los
obliga a aceptarla. Si se apartan de ella, los abandona a sus propios
medios, para que se llenen con los frutos de sus propias obras.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden;
mas a los que se salvan, es a saber, a nosotros, es potencia de Dios.
Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé
la inteligencia de los entendidos.” “Antes lo necio del mundo escogió
Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios,
para avergonzar lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.”
1 Corintios
1:18, 19, 27, 28
. Muchos de los mayores eruditos y estadistas, los
más eminentes hombres del mundo, se apartarán en estos últimos
días de la luz, porque el mundo con toda su sabiduría no conoce
a Dios. No obstante, los siervos de Dios han de aprovechar toda
oportunidad para comunicar la verdad a estos hombres. Algunos
reconocerán su ignorancia de las cosas divinas y ocuparán un lugar
como humildes aprendices a los pies de Jesús, el gran Maestro.
En todo esfuerzo por alcanzar a las clases altas, el obrero de Dios
necesita fe firme. Las apariencias pueden ser desalentadoras; pero
en la hora más obscura se recibe luz de lo alto. La fuerza de los
que aman y sirven a Dios se renovará día tras día. El entendimiento
del Infinito se coloca a su servicio, de modo que al realizarse sus
propósitos no yerren. Mantengan firme estos obreros el principio
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de su confianza hasta el fin, recordando que la luz de la verdad de
Dios ha de brillar en medio de las tinieblas que envuelven nuestro
mundo. No debe haber desaliento en relación con el servicio de Dios.
La fe de los obreros consagrados ha de soportar todas las pruebas
a que tenga que hacer frente. Dios puede y quiere conceder a sus
siervos toda la fuerza que necesitan, y darles la sabiduría que sus
variadas necesidades demanden. El hará más que cumplir las más
altas expectaciones de los que confían en él.
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