Página 189 - Los Hechos de los Ap

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Las cartas a los Tesalonicenses
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cesar. Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para
con vosotros en Cristo Jesús.”
El apóstol amonestó a los tesalonicenses a no despreciar el don
de profecía, y con las palabras: “No apaguéis el Espíritu. No me-
nospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno,” les
ordenó que distinguieran cuidadosamente entre lo falso y lo verda-
dero. Les mandó que se abstuvieran de “toda especie de mal;” y
termina su carta con la oración de que Dios los santifique en todo,
para que su “espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin re-
prensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que
os ha llamado—añadió;—el cual también lo hará.”
La instrucción que el apóstol envió a los tesalonicenses en su
primera carta en cuanto a la segunda venida de Cristo, estaba per-
fectamente de acuerdo con su enseñanza anterior. Sin embargo, sus
palabras fueron mal interpretadas por algunos hermanos tesaloni-
censes. Entendieron que él expresó la esperanza de que él mismo
viviría para presenciar el advenimiento del Salvador. Esto aumentó
su entusiasmo y excitación. Aquellos que habían descuidado ante-
riormente sus responsabilidades y deberes, se volvieron ahora más
persistentes en imponer sus conceptos erróneos.
En su segunda carta, Pablo procuró corregir su errónea compren-
sión de la enseñanza que les había dado, y trató de presentarles lo
que en verdad creía. Expresó de nuevo su confianza en la integri-
dad de ellos, así como su gratitud porque la fe de ellos era fuerte y
porque abundaban en amor mutuo y para con la causa de su Señor.
Les dijo que los presentaba a otras iglesias como ejemplo de la
fe paciente y perseverante que soporta valerosamente persecución
y tribulación; y dirigió su atención hacia el tiempo de la segunda
venida de Cristo, cuando el pueblo de Dios descansará de todos sus
cuidados y perplejidades.
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“Nosotros mismos—escribió—nos glorìamos de vosotros en
las iglesias de Dios, de vuestra paciencia y fe en todas vuestras
persecuciones y tribulaciones que sufrís: ... y a vosotros que sois
atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor
Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, en llama de fuego,
para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales serán castigados
de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de