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Los Hechos de los Apóstoles
El tumulto del teatro iba creciendo. Algunos gritaban una cosa
“y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confusa,
y los más no sabían por qué se habían juntado.” El hecho de que
Pablo y algunos de sus compañeros fuesen de sangre hebrea, llenó
a los judíos del deseo de mostrar claramente que no simpatizaban
con él ni con su obra. Por lo tanto, presentaron a uno de los suyos
para que expusiese el asunto ante el populacho. El orador elegido
fué Alejandro, uno de los artesanos, un calderero, a quien Pablo se
refirió más adelante como a uno que le había hecho mucho daño.
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Timoteo 4:14
. Alejandro era un hombre de considerable habilidad, y
concentró todas sus energías para dirigir la ira de la gente exclusiva-
mente contra Pablo y sus compañeros. Pero la turba, dándose cuenta
de que Alejandro era judío, lo hizo a un lado; y “fué hecha una voz
de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los
Efesios!”
Al fin, completamente exhaustos, pararon, y hubo un silencio
momentáneo. Entonces el escribano de la ciudad llamó la atención
de la turba, y en virtud de su cargo consiguió que le escucharan.
Hizo frente al pueblo en su propio terreno, y le mostró que no había
motivo para ese tumulto. Apeló a su razón: “Varones Efesios—
dijo,—¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de
los Efesios es honrada de la grande diosa Diana, y de la imagen
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venida de Júpiter? Así que, pues esto no puede ser contradicho,
conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente; pues
habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores
de vuestra diosa. Que si Demetrio y los oficiales que están con él
tienen negocio con alguno, audiencias se hacen, y procónsules hay;
acúsense los unos a los otros. Y si demandáis alguna otra cosa,
en legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que
seamos argüídos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa
por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho
esto, despidió la concurrencia.”
En su discurso Demetrio había indicado que su oficio estaba en
peligro. Estas palabras revelan la verdadera causa del tumulto de
Efeso, y también la causa de mucha de la persecución que afrontaron
los apóstoles en su trabajo. Demetrio y sus compañeros de oficio
vieron que por la enseñanza y la extensión del Evangelio, el negocio
de la fabricación de imágenes estaba en peligro. Los ingresos de los