Página 301 - Los Hechos de los Ap

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Capítulo 40—Pablo apela a César
Este capítulo está basado en Hechos 25:1-12.
“Festo pues, entrado en la provincia, tres días después subió
de Cesarea a Jerusalem. Y vinieron a él los príncipes de los sa-
cerdotes y los principales de los Judíos contra Pablo; y le rogaron,
pidiendo gracia contra él, que le hiciese traer a Jerusalem, ponien-
do ellos asechanzas para matarle en el camino.” Al pedir esto se
proponían asaltar a Pablo en el camino a Jerusalén, y matarlo. Pero
Festo tenía un elevado sentido de la responsabilidad de su cargo, y
rehusó cortésmente enviar a buscar a Pablo. No es “costumbre de
los Romanos—declaró—dar alguno a la muerte antes que el que es
acusado tenga presentes sus acusadores, y haya lugar de defenderse
de la acusación.”
Hechos 25:16
. El mismo “partiría presto” para Ce-
sarea. “Los que de vosotros pueden—dijo,—desciendan juntamente;
y si hay algún crimen en este varón, acúsenle.”
Esto no era lo que los judíos querían. No habían olvidado su fra-
caso anterior en Cesarea. En contraste con la calma y los poderosos
argumentos del apóstol, su propio espíritu maligno y sus acusacio-
nes sin fundamento aparecerían en sus peores aspectos. De nuevo
insistieron en que Pablo fuese traído a Jerusalén para ser juzgado,
pero Festo se mantuvo firme en su propósito de concederle a Pablo
un juicio justo en Cesarea. Dios en su providencia dirigió la decisión
de Festo, para que la vida del apóstol fuese prolongada.
Habiéndose frustrado sus propósitos, los gobernantes judíos se
prepararon una vez más para testificar contra Pablo ante el tribunal
del procurador. Al volver a Cesarea después de estar unos pocos días
en Jerusalén, Festo “el siguiente día se sentó en el tribunal, y mandó
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que Pablo fuese traído.” “Le rodearon los Judíos que habían venido
de Jerusalem, poniendo contra Pablo muchas y graves acusaciones,
las cuales no podían probar.” Estando sin abogado en esta ocasión,
los judíos mismos presentaron sus acusaciones. A medida que el jui-
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