Página 333 - Los Hechos de los Ap

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Cartas escritas desde Roma
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dades eternas de las Escrituras. Guardando sus ojos fijos en Cristo,
caminará constantemente hacia adelante en la senda señalada, des-
cartando todas las ideas que no están en armonía con su enseñanza.
La verdad de Dios es el objeto de su contemplación y meditación.
Considerará la Biblia como la voz de Dios que le habla directamente.
Así encontrará la sabiduría divina.
El conocimiento de Dios, como está revelado en Cristo, es el
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conocimiento que deben tener todos los que están salvos. Este es
el conocimiento que obra la transformación del carácter. Recibido
en la vida, volverá a crear en el alma la imagen de Cristo. Tal
es el conocimiento que Dios invita a sus hijos a obtener, pues en
comparación con él todo lo demás es vanidad y nada.
En toda generación y en cada país el fundamento de la verdad
para la construcción del carácter ha sido el mismo: los principios
contenidos en la Palabra de Dios. La única norma segura e infalible
es hacer lo que Dios dice. “Los mandamientos de Jehová son rectos,”
y “el que hace estas cosas, no resbalará para siempre.”
Salmos 19:8;
15:5
. Fué con la Palabra de Dios cómo los apóstoles hicieron frente
a las falsas teorías de sus días, diciendo: “Nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto.”
1 Corintios 3:11
.
Al tiempo de su conversión y bautismo, los creyentes de Colosas
prometieron dejar a un lado creencias y prácticas que hasta entonces
habían sido una parte de sus vidas, y ser constantes en su lealtad
a Cristo. En su carta, Pablo les recordó esto, rogándoles que no
olvidasen que, a fin de cumplir su voto, deberían hacer un esfuerzo
constante contra los males que buscaban tener dominio sobre ellos.
“Si habéis pues resucitado con Cristo—dijo,—buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira
en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque muertos sois, y
vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
2 Corintios
5:17
. Por medio del poder de Cristo, los hombres y mujeres han roto
las cadenas de los hábitos pecaminosos. Han renunciado al egoísmo.
El profano se transformó en reverente, el borracho en sobrio, el
libertino en puro. Almas que habían manifestado la semejanza de
Satanás, han llegado a transformarse a la imagen de Dios. Este
cambio, en sí mismo, es el milagro de los milagros. El cambio