Página 334 - Los Hechos de los Ap

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Los Hechos de los Apóstoles
realizado por la Palabra es uno de los más profundos misterios de
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ella. No lo podemos entender; solamente podemos creerlo, como lo
señalan las Escrituras: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”
Cuando el Espíritu de Dios domina la mente y el corazón, el alma
convertida prorrumpe en una nueva canción; porque ha reconocido
que la promesa de Dios ha sido cumplida en su experiencia, que
su transgresión ha sido perdonada, su pecado cubierto. Ha sentido
arrepentimiento hacia Dios por la violación de su divina ley, y fe
hacia Cristo, quien murió por la justificación del hombre. Justificado
“pues por la fe” tiene “paz con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.”
Romanos 5:1
.
Pero habiendo alcanzado esa experiencia, el cristiano no debe
por lo tanto cruzarse de brazos conforme con lo que ha logrado.
Aquel que está determinado a entrar en el reino espiritual encontrará
que todos los poderes y las pasiones de la naturaleza no regenerada,
respaldadas por las fuerzas del reino de las tinieblas, están prepara-
das para atacarle. Cada día debe renovar su consagración, cada día
debe batallar contra el pecado. Los hábitos antiguos, las tendencias
hereditarias hacia el mal, se disputarán el dominio, y contra ellos
debe siempre velar, apoyándose en el poder de Cristo para obtener
la victoria.
Escribió Pablo a los colosenses: “Amortiguad, pues, vuestros
miembros que están sobre la tierra: ... en las cuales [cosas] vosotros
también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas. Mas ahora,
dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, ma-
ledicencia, torpes palabras de vuestra boca.... Vestíos pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia; sufrién-
doos los unos a los otros, y perdonándoos los unos a los otros si
alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó,
así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de
caridad, la cual es el vínculo de la perfección. Y la paz de Dios
gobierne en vuestros corazones, a la cual asimismo sois llamados en
un cuerpo; y sed agradecidos.”
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La carta a los colosenses está llena de lecciones de gran valor
para todos los que están ocupados en el servicio de Cristo, leccio-
nes que muestran la sinceridad de propósito y la altura del blanco
que será visto en la vida de aquel que representa correctamente a