Página 364 - Los Hechos de los Ap

Basic HTML Version

360
Los Hechos de los Apóstoles
fin” (
Hebreos 3:14
) necesita sus exhortaciones y reprensiones y sus
palabras de fe y ánimo.
El apóstol procuró enseñar a los creyentes cuán importante es
impedir a la mente divagar en asuntos prohibidos o gastar energías
en cosas triviales. Los que no quieren ser víctimas de las trampas de
Satanás deben guardar bien las avenidas del alma; deben evitar el
leer, mirar u oír lo que puede sugerir pensamientos impuros. No debe
permitirse que la mente se espacie al azar en cualquier tema que
sugiera el enemigo de nuestras almas. El corazón debe ser fielmente
vigilado, o males de afuera despertarán males de adentro, y el alma
vagará en tinieblas. “Por lo cual—escribió Pedro,—teniendo los
lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad
perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo
os es manifestado: ... no conformándoos con los deseos que antes
teníais estando en vuestra ignorancia; sino como aquel que os ha
[414]
llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación:
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
“Conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación:
sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación,
la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles,
como oro o plata; sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación: ya ordenado de antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos
por amor de vosotros, que por él creéis a Dios, el cual le resucitó de
los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea
en Dios.”
Si la plata y el oro fuesen suficientes para conseguir la salvación
de los hombres, cuán fácilmente podría ser efectuada por Aquel que
dice: “Mía es la plata, y mío el oro.”
Hageo 2:8
. Pero el transgresor
puede ser redimido solamente por la sangre preciosa del Hijo de
Dios. El plan de salvación está basado en el sacrificio. El apóstol
Pablo escribió: “Porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesu-
cristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para
que vosotros por su pobreza fueseis enriquecidos.”
2 Corintios 8:9
.
Cristo se dió a sí mismo para poder redimiros de toda iniquidad. Y
ofrece como bendición suprema de la salvación “la dádiva de Dios”
que “es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 6:23
.