Página 411 - Los Hechos de los Ap

Basic HTML Version

El Apocalipsis
407
Los nombres de éstas son un símbolo de la iglesia en diferentes
períodos de la era cristiana. El número siete indica algo completo,
y significa que los mensajes se extienden hasta el fin del tiempo,
mientras que los símbolos usados revelan la condición de la iglesia
en diferentes períodos de la historia.
[468]
Se habla de Cristo como caminando en medio de los candeleros
de oro. Así se simboliza su relación con las iglesias. Está en constan-
te comunicación con su pueblo. Conoce su real condición. Observa
su orden, su piedad, su devoción. Aunque es el sumo sacerdote y
mediador en el santuario celestial, se le representa como caminando
de aquí para allá en medio de sus iglesias en la tierra. Con incansable
desvelo y constante vigilancia, observa para ver si la luz de alguno
de sus centinelas arde débilmente o si se apaga. Si el candelero fuera
dejado al mero cuidado humano, la vacilante llama languidecería y
moriría; pero él es el verdadero centinela en la casa del Señor, el fiel
guardián de los atrios del templo. Su cuidado constante y su gracia
sostenedora son la fuente de la vida y la luz.
Cristo fué presentado como sosteniendo las siete estrellas en su
mano derecha. Esto nos asegura que ninguna iglesia que sea fiel a
su cometido necesita temer la destrucción; porque ninguna estrella
que tiene la protección del Omnipotente puede ser arrancada de la
mano de Cristo.
“El que tiene las siete estrellas en su diestra ... dice estas cosas.”
Apocalipsis 2:1
. Estas palabras son dirigidas a los maestros de la
iglesia, a aquellos a quienes Dios confió pesadas responsabilidades.
Las dulces influencias que han de abundar en la iglesia están vincula-
das estrechamente con los ministros de Dios, quienes deben revelar
el amor de Cristo. Las estrellas del cielo están bajo su dirección. Las
llena de luz; guía y dirige sus movimientos. Si no lo hiciera, llegarían
a ser estrellas caídas. Así es con sus ministros. Son instrumentos en
sus manos, y todo lo bueno que pueden hacer es realizado por medio
del poder divino. Por medio de ellos se difunde la luz del Salvador,
quien ha de ser su eficiencia. Si tan sólo miraran a él como él miraba
al Padre, serían capacitados para hacer su obra. Cuando dependan
de Dios, él les dará su esplendor para reflejarlo al mundo.
En el comienzo de la historia de la iglesia, el misterio de iniqui-
dad, predicho por el apóstol Pablo, comenzó a hacer su obra impía;
[469]
y al insistir en sus herejías los falsos maestros, acerca de los cuales