Página 139 - El Hogar Cristiano (2007)

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El cuidado de los niños menesterosos
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Respondo: Si ella no tiene inclinación ni idoneidad para dedicarse a
la obra misionera fuera de su casa, y siente que es su deber recibir
niños huérfanos y cuidarlos, puede hacer una buena obra. Pero elija
los niños primero de entre los huérfanos hijos de observadores del
sábado. Dios bendecirá a hombres y mujeres que, con corazón vo-
luntario, compartan su hogar con estos niños desamparados. Pero si
la esposa del ministro puede desempeñar ella misma un papel en la
obra de educar a otros, debe consagrar sus facultades a Dios como
obrera cristiana. Debe auxiliar verdaderamente a su esposo, ayudán-
dole en su trabajo, perfeccionando su intelecto y contribuyendo a
dar el mensaje. Está abierto el camino para que mujeres humildes, y
consagradas, dignificadas por la gracia de Cristo, visiten a los que
necesitan ayuda e impartan luz a las almas desalentadas. Pueden
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elevar a los postrados, orar con ellos y conducirlos a Cristo. Las
personas tales no deben dedicar su tiempo y fuerza a un impotente
niño que requiere constante cuidado y atención. No debe atarse así
voluntariamente las manos
Ofrézcanse hogares a huérfanos y desamparados
—En la me-
dida en que podáis hacerlo, dad hogar a los que no tienen. Esté cada
uno listo para ayudar en esta obra. El Señor dijo a Pedro: “Apacienta
mis corderos”. Esta orden nos es dirigida, y abriendo nuestros hoga-
res a los huérfanos, contribuimos a que se cumpla. No permitamos
que Jesús se chasquee con nosotros.
Tomemos estos niños y presentémoslos a Dios como una ofrenda
fragante. Pidamos su bendición sobre ellos, y luego amoldémoslos
de acuerdo a la orden de Cristo. ¿Aceptará nuestro pueblo este santo
cometido
Una prueba para el pueblo de Dios
—Años ha, se me mostró
que el pueblo de Dios sería probado acerca de este asunto de crear
hogares para los que no los tienen; que muchos quedarían en ta-
les condiciones al creer la verdad. La oposición y la persecución
privarían de sus hogares a los creyentes y a quienes conservasen
los suyos les incumbiría el deber de abrir ampliamente su puerta a
los tales. Más recientemente se me ha mostrado que, con respecto
a este asunto, Dios probaría a quienes profesan ser su pueblo. Por
Nota: Para obtener más consejos detallados al respecto. Véase Welfare Ministry (La
obra de beneficencia).