Página 16 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
Dios quisiera que nuestras familias fuesen símbolos de la fa-
milia del cielo. Recuerden esto cada día los padres y los hijos, y
relaciónense unos con otros como miembros de la familia de Dios.
Entonces su vida será de tal carácter que dará al mundo una lección
objetiva de lo que pueden ser las familias que aman a Dios y guardan
sus mandamientos. Cristo será glorificado; su paz, su gracia y su
amor compenetrarán el círculo familiar como un perfume precioso
Mucho depende del padre y de la madre. Ellos deben ser firmes
y bondadosos en su disciplina, y deben obrar con el mayor fervor
para tener una familia ordenada y correcta, a fin de que los ánge-
les celestiales sean atraídos hacia ella y le impartan una fragante
influencia y paz
Sea el hogar alegre y feliz
—No olvidéis jamás que por el apre-
cio de los atributos del Salvador debéis hacer que el hogar sea un
sitio alegre y feliz para vosotros mismos y para vuestros hijos. Si
invitáis a Cristo a vuestro hogar, podréis discernir entre el bien y
el mal. Podréis ayudar a vuestros hijos para que sean árboles de
justicia, que lleven los frutos del Espíritu
Podrán sobrevenir dificultades, pero éstas constituyen la suerte
que le toca a toda la humanidad. Resplandezcan la paciencia, la
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gratitud y el amor en el corazón, por nublado que esté el día
El hogar puede ser sencillo, pero puede ser siempre un lugar
donde se pronuncien palabras alentadoras y se realicen acciones
bondadosas, donde la cortesía y el amor sean huéspedes permanen-
tes
Administrad las reglas del hogar con sabiduría y amor, no con
vara de hierro. Los niños responderán con obediencia voluntaria a la
ley del amor. Elogiad a vuestros hijos siempre que podáis. Haced
que sus vidas sean tan felices como fuere posible. ... Mantened
blando el terreno del corazón por la manifestación del amor y del
afecto, preparándolo así para la semilla de la verdad. Recordad que
el Señor da a la tierra no solamente nubes y lluvia, sino el hermoso
y sonriente sol, que hace germinar la semilla y hace aparecer las
flores. Recordad que los niños necesitan no solamente reproches y
corrección, sino estímulo y encomio, el agradable sol de las palabras
bondadosas
No debéis tener disensión en vuestra casa. “Mas la sabiduría
que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta,