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El Hogar Cristiano
¡Oh, cuántos cultivan las plantas venenosas que matan los frutos
preciosos del amor y contaminan el alma
Recordemos nuestra propia infancia
—No tratéis a vuestros
hijos únicamente con severidad, olvidándoos de vuestra propia niñez,
y olvidando que ellos no son sino niños. No esperéis de ellos que
sean perfectos, ni tratéis de obligarlos a actuar como hombres y
mujeres en seguida. Obrando así, cerraríais la puerta de acceso
que de otra manera pudierais tener hacia ellos, y los impulsaríais a
abrir la puerta a las influencias perjudiciales, que permitirían a otros
envenenar sus mentes juveniles antes de advertir el peligro....
Los padres no deben olvidar cuanto anhelaban en su niñez la
manifestación de simpatía y amor, y cuán desgraciados se sentían
cuando se les censuraba y reprendía con irritación. Deben rejuvene-
cer sus sentimientos, y transigir mentalmente para comprender las
necesidades de sus hijos
Necesitan palabras amables y alentadoras. ¡Cuán fácil es para
la madre pronunciar palabras bondadosas y afectuosas que harán
penetrar un rayo de sol en el corazón de los pequeñuelos y les harán
olvidar sus dificultades
Padres, manifestad amor a vuestros hijos: en la infancia, en la
adolescencia y en la juventud. No les mostréis un rostro ceñudo,
sino siempre alegre
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Mantenedlos en ambiente alegre
—Cuando los pequeñuelos
están en dificultad debe tranquilizárselos con cuidado. Entre la in-
fancia y la edad adulta, los hijos no reciben generalmente la atención
que debiera concedérseles. Se necesitan madres que guiarán de
tal manera a sus hijos que éstos se considerarán como parte de la
familia. Hable la madre con sus hijos acerca de las esperanzas y
perplejidades que puedan tener. Recuerden los padres que sus hi-
jos deben ser atendidos con preferencia a los extraños. Deben ser
mantenidos en una atmósfera de sol, bajo la dirección de la madre
Ayudad a vuestros hijos a obtener victorias.... Rodeadlos de una
atmósfera de amor. Así podréis subyugar su disposición obstinada
Cuando necesitan más amor que alimento
—Muchas madres
descuidan vergonzosamente a sus hijos a fin de tener tiempo para
bordarles prendas de ropa o añadir a éstas adornos inútiles. Cuando
los niños están cansados y necesitan realmente su atención, los
descuidan o les dan algo que comer. No sólo no necesitan ellos el